14 abril 2008

Barricada: Otra noche sin dormir (y IV)



"Puede que nuestro próximo disco resulte incomprendido"

Tras un año pleno de homenajes, Barricada finalizará en breve la celebración de su 25º aniversacio. Y tras la gira 'Otra noche sin dormir' volverá al estudio para grabar el sorprendente material que compondrá su próximo álbum, un disco conceptual sobre la Guerra Civil

Enrique Villarreal -alias El Drogas - y Alfredo Piedrafita, respectivamente bajo y guitarra/voz de Barricada, contemplan esta gira como una "buena excusa para pasar una buena noche de fiesta". La intención del grupo que completan El Boni (guitarra y voz) e Ibi Sagarna (batería) es "darle un aire de festival" a una cita que la gente recordará como algo "irrepetible".

¿Qué supone para Barricada la figura de Rosendo?

Enrique Villarreal. Es el jefe, el padre del rock and roll en este país, alguien a quien envidiamos. A cualquiera que esté metido en esto le dices su nombre y es la hostia. Y decir Rosendo Mercado es ya reiterarse.

Alfredo Piedrafita. Empezamos en esto porque un día vimos a un grupo llamado Leño donde cantaba un tipo melenudo con mallas. Aún nos quedan cosas por aprender de él.

¿Y Aurora Beltrán?

A.P. Es nuestra amiga desde hace años, una gran mujer y una gran artista. Todavía no se le ha hecho justicia, se merece más de lo que realmente tiene. Acaba de publicar disco y esperemos que obtenga el reconocimiento que a algunos ya nos ha llegado.

Barricada no edita material nuevo desde 'Hombre mate hombre' (2004). ¿Trabajan en algo?

E.V. En un disco conceptual que girará en torno a la Guerra Civil. A la hora de escribir las letras, estoy intentando que éstas guarden la emoción de las confesiones de gente que vivió aquella época. He leído muchos libros, unos 40, y aún me quedan otros por leer.

A.P. También ha visitado las trincheras, ha hablado con antiguos maquis y con algunos abuelos. Es un tema emocionante que da la oportunidad de contar muchas cosas. Queremos hacer un trabajo largo, bonito y especial, pero no queremos que sea triste, de echar el lagrimón, sino que siga sonando a Barricada.

¿Se basarán en historias reales?

E.V. En parte sí. Hay historias sobre gente que tres días antes de ser fusilada escribía una carta a su familia, o sobre mujeres que tuvieron que mendigar cuando mataron a sus maridos y les quitaron las vacas que tenían. No sé si podré plasmar todo eso en las letras o quedará algo tan light como la película Las trece rosas .

¿Y por qué senda musical discurrirá ese nuevo trabajo?

E.V. Nos gustaría darle alguna vuelta, hacer algo que se salga de nuestra línea habitual. Porque ahora mismo podríamos grabar el material con las características musicales que definen a Barricada, pero nos apetecería darle una vuelta de tuerca al sonido. Puede que resulte un disco incomprendido y se venda menos que el Insolencia (1996). Es un riesgo que queremos asumir.

¿Tras la experiencia de 'Latidos y mordiscos' podría tener tintes más acústicos?

E.V. No, no. Será más eléctrico que otra cosa, aunque no tendremos miedo a meter instrumentos acústicos si la ocasión lo requiere. Por otro lado, los temas tratados son batante tristes, tienen mucha carga de tristeza y no queremos que desemboque en una historia lacrimógena. Queremos darle un aire eléctrico a algo que ya de por sí tiende a vestirse de otra manera.

El próximo 18 de abril cumplirán 26 años en activo. ¿Se sienten más respetados que nunca?

A.P. Nos hemos hecho mayores y parece que se nos toma más en serio. Llevamos mucho tiempo y no tenemos nada que demostrar a nadie. Cualquiera que nos vea en directo o escuche nuestros discos no puede decir que esto es un capricho de cuatro colgaos de la Txantrea. Estos dos últimos años nos hemos sentido muy reconocidos por nuestro público, por lo cual estamos agradecidos y emocionados. Hemos recibido homenajes de la calle, no de los poderes públicos, y eso nos toca la fibra. Llevamos dos años con la lagrimilla a punto. A ver si nos la secamos y empezamos a dar caña en directo.




11 abril 2008

Rosendo Mercado: Otra noche sin dormir (III)


"Vivimos de la música sin alharacas ni parafernalias"

A sus 54 años, Rosendo, perro viejo del rock and roll patrio, se muestra expectante ante una experiencia que para él también es una "incógnita". En la gira junto a Barricada y Aurora Beltrán, el madrileño actúa con sus habituales, Rafa J. Vegas al bajo y Mariano Montero a las baquetas

Luego de 30 años de carrera y casi 20 álbumes en solitario, el antiguo líder de Leño es dueño de una de las carreras más sólidas del rock español. El año pasado seguía quemando madera con su último disco, El endémico embustero y el incauto pertinaz , y ahora comparte escenario con sus admirados Barricada y Aurora Beltrán.

¿No le da apuro a un madrileño de Carabanchel actuar entre tanto pamplonica?

No, no. Al revés. Siempre he tenido una relación cojonuda con ellos, con Pamplona y con Euskadi en general.

¿Había participado en una gira conjunta similar?

A este nivel no. En la época de Leño estuvimos girando con Miguel Ríos, pero íbamos como invitados, sin grandes responsabilidades. Hace unos años también hicimos algo con los Ilegales, pero la cosa no cuajó y suspendimos después de dos bolos.

¿Las giras conjuntas son un modo de hacer frente a la crisis de la industria o de combatir la monotonía?

No me he plantado ninguna de esas cosas. Sólo sé que me apetecía tocar con Barricada, que es gente que me cae muy bien y con la que había perdido el contacto.

¿Les considera sus alumnos más aventajados?

Ellos suelen decir que lo son, porque cuando empezaron les gustaba mucho Leño, y quizá aquella fórmula les inspiró. Yo siempre me he identificado con su espíritu callejero, con el guitarreo y las letras comprometidas. Nuestra filosofía es un poco la misma: vivimos de la música sin alharacas ni parafernalias... Somos currantes de la música, nos gusta lo que hacemos y lo hacemos con la máxima honradez.

El Drogas le llama a usted El Jefe.

(Risas) Sólo sé que soy el más viejo, y no sé si tengo categoría para dirigir ninguna historia, pero por antigüedad me ha tocado. Aunque ya no es como antes, la vida en la carretera hace que afloren los achaques y yo ya estoy en la cincuentena mediada. No sé cuánto me quedará en activo, pero sigo haciendo lo que me gusta. Desde luego, ganas e ilusión no me faltan, y además, el rock es mi forma de vida. Tampoco me puedo permitir muchos lujos: hay que currar hasta que el cuerpo aguante, pero con medida.

¿No le apetece hacer una revisión acústica de sus temas como hizo Barricada en 'Latidos y mordiscos'?

Estuve decidido a hacerlo hace unos años, pero todo el mundo se apuntó a la moda y se me quitaron las ganas. Además, me he dado cuenta de que no es lo que me gusta, y no estoy preparado para ello.

Entonces es usted de los que necesitan la electricidad como el respirar.

Necesito el sonido de mi guitarra eléctrica, que arropa bien mi voz. Eso no quita para que en la gira hagamos dos o tres temas acústicos.


08 abril 2008

Aurora Beltrán: Otra noche sin dormir (II)


"Es un error medir la intensidad por los decibelios"

La antigua voz de Tahures Zurdos no ha perdido un ápice de intensidad y energía, según se desprende de los cortes que integran 'Clases de baile', su primer trabajo en solitario. Aurora Beltrán simultaneará su presentación con la gira 'Otra noche sin dormir' junto a sus queridos Barricada y Rosendo

Dice sentirse como "la niña mimada" de sus compañeros de escenario, y aunque es ella quien abre fuego en clave acústica, su papel no se ve reducido al de telonera. Desgrana un tema de su nuevo álbum y demuestra que para ella "la música es siempre un modo de vestir un texto".

¿Cómo se involucró en esta aventura?

Yo no me involucré. ¡Me llamaron ellos! Me quedé parada y me encantó. Estoy muy orgullosa de que se hayan acordado de mí.

Fue la última en unirse al grupo pero es la primera en actuar.

Soy un poco la mujer comodín, el Joker (Risas). Abro el concierto en solitario, con la guitarra acústica, algo que me encanta, porque egoístamente en ese momento, cuando estoy yo solita, todas las vibras son para mí.

Es como una ducha de contrastes: primero usted con la acústica y después Rosendo y Barricada con sus respectivas descargas eléctricas...

Bueno, creo que hay un error de percepción. La gente mide la intensidad en función de los decibelios, y no es así. He visto a gente alcanzar altas cotas de intensidad con solo una guitarra y una armónica.

¿Qué le sugiere escuchar el nombre de Barricada?

Una cercanía personal y geográfica. Hemos tenido una carrera más o menos paralela y hemos compartido escenario en multitud de ocasiones. Los adoro, son de puta madre. Algunas de sus canciones son como una banda sonora, las escuchas y te retrotraen a ciertos momentos de tu vida.

¿Y Rosendo?

Coincidimos hace años en la misma oficina de contratación. Ha tenido la amabilidad de invitarme a tocar con él en varios conciertos y en uno de sus discos. Es muy generoso.

¿Su nuevo álbum suena diferente a Tahures? Porque su voz es inconfundible...

Claro. Mi voz tiene su propio ego y con solo abrir la boca la gente me reconoce. Eso es positivo porque hace que tengas una identidad. Aunque ya tengo 43 años y la tonalidad de la voz va cambiando, ésta sigue siendo igual de reconocible.

¿Pero hay cambios en lo musical?

Creo que ahora, al componer en solitario, tengo menos prejuicios. Antes trabajaba siempre pensando en la formación de guitarra-bajo-batería, pero ahora me he tomado licencias para incluir otras cosas en el disco. Por ejemplo, hay una canción, Florecita , con ecos de tex mex, porque hace referencia a las mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez.

Barricada acaba de celebrar su 25º aniversario sobre las tablas. ¿Usted?

A mí me queda un año para celebrarlo porque comencé en Belladona en 1984. Es alucinante, me siento muy orgullosa de toda mi carrera, que ha sido -creo yo- bastante honesta. No reniego de nada.

¿Y cómo se ve en un futuro?

¡Me veo tocando! Hombre, siempre no, porque tampoco vamos a ser patéticos. Cuando uno hace más de lo que puede se convierte en una pantomima de sí mismo. Aunque ahí están los Rolling Stones, Tina Turner o Patti Smith. Si eres coherente con lo que has hecho y no caes en ciertas cosas, puedes tener una larga vida tocando. Yo creo que cuando llegue el momento de retirarme seré la primera en darme cuenta.


06 abril 2008

Pasión por el ruido: Otra noche sin dormir (I)


Deja que esto no acabe nunca

Fecha y lugar. 04/04/08. Velódromo Anoeta. Donostia. Intérpretes. Aurora Beltrán (voz, guitarra), Rosendo Mercado (voz, guitarra), Rafa J. Vegas (bajo), Mariano Monteor (batería), Enrique Villarreal 'El Drogas' (voz, bajo), Javier Hernández 'Boni' (voz, guitarra), Alfredo Piedrafita. Incidencias. Lleno en el foso del velódromo y la mitad de la grada. El concierto duró más de cuatro horas con pausas muy breves para adecuar el escenario. El sonido sufrió altibajos y por momentos resultó embarullado.

Por ASIER LEOZ

"Vamos a echar la vista atrás un puñao de años". La frase con la que el socarrón Rosendo introducíaQué desilusión , de Leño tiene algo que ver con lo que se pudo vivir el viernes en el velódromo de Anoeta pero, cuidado, nostalgia, la justa. El estreno de la gira Otra Noche Sin Dormir , que une por primera vez al de Carabanchel con los navarros Aurora Beltrán y Barricada no fue tanto un ejercicio de recuerdo como reafirmación en toda regla, una cuestión de aquí y de ahora. Cierto es que la mayoría de los temas que se interpretaron anteayer en el velódromo de Anoeta han sonado en cientos de cintas de cassette con la pegatina a medio borrar. Que pertenecen a una época en la que uno no se podía saltar la canción que no le gustaba y se terminaba aprendiendo la secuencia entera, una época en la que los discos se escuchaban de uno en uno. Sin embargo, lo que mostraron todos y cada uno de los músicos que pisaron el escenario de Anoeta es tan válido hoy como lo ha sido siempre, tal vez más.

Todo, desde el comienzo acústico a cargo de Aurora Beltrán hasta la fiesta final, con todos los artistas cabalgando sobre Maneras de vivir , fue una soberana lección de profesionalidad y respeto. Respeto al espectador, a la música, al propio escenario y a todo lo vinculado a lo que los Stones llamaron en su día Rock & Roll Circus ; respeto por lo que se ha hecho y por cómo se ha llegado hasta donde uno está. "No sé si estoy en lo cierto -cantaba Aurora-, lo cierto es que estoy aquí". Las palabras que Rosendo escribió hace más de veinte años cobraban especial significado cantadas por la navarra en el tramo final del concierto, superadas las cuatro horas de rock. Así terminaba una celebración dedicada a la noche, motivo central de muchos de los himnos que varias generaciones han hecho suyos. La noche como fría alegoría de la muerte (Muerte ven , Clases de baile ), o como escenario en el que se suceden emociones y sensaciones que no se repetirán, no de la misma forma: Como animal caliente , Tu cuerpo (Haz lo que quieras) . La noche, esta noche, todas las noches, unen a Rosendo, Barricada y Aurora Beltrán tanto como lo coherente de sus trayectorias. En esa noche se había envuelto horas antes Rosendo Mercado para meterse al personal en el bolsillo con los mismos argumentos que siempre ha manejado; los de Agradecido , Flojos de pantalón o Pan de higo . Ahí, en la oscuridad, Barricada se habían desenvuelto con una contundencia -el repertorio está garantizado- que muy pocos grupos pueden alcanzar. A Enrique Villarreal El Drogas se le ve más feliz que nunca. Se le queda pequeño el escenario, se retuerce como si fuera su propia marioneta mientras toca el bajo y se dirige al público como quien habla con un buen amigo. "A gusto", resume el de La Txantrea encantado. Bromea con la frase final de Animal Caliente : "Déjate arrastrar por la noche, tú que puedes", añade burlón. Es un detalle revelador; ni "jóvenes de corazón" ni gaitas templadas. Al lugar en el que se encuentran El Drogas y compañía se le llama plenitud. No está claro que eso de "juventud" exista más allá de la mercadotecnia, pero sí parece evidente que la plenitud alcanzada a base de pasión y coherencia puede no acabarse nunca.

01 abril 2008

Concierto de Marlango en el Victoria Eugenia


Melodías de seducción

Fecha y lugar. 30/03/08. Teatro Victoria Eugenia. Donostia. Intérpretes. Leonor Watling (voz), Alejandro Pelayo (teclados y guitarra ocasional), Óscar Ybarra (trompeta y fliscorno), Gonzalo Maestre (batería), Manuel Bagüés (bajo) y Vicent Huma (guitarra).

"GRACIAS por esperarnos un mes", musitó una despistada Leonor al inicio de un concierto que debió celebrarse en realidad dos meses antes pero que fue frustrado por una indisposición de la cantante y actriz. A juzgar por la reacción del público del Victoria Eugenia, no habría importado que la espera se dilatara aún más. Con tres discos a sus espaldas, Marlango puede alardear de contar con una estimable legión de fans que siguen los movimientos del trío que completan el teclista e ideólogo Alejandro Pelayo y el trompetista Óscar Ybarra. Convertidos en trajeado sexteto por obra y gracia de tres efectivos músicos, el domingo los chicos de Marlango regresaron a Donostia para presentar su último álbum, The electrical morning (2007), cuyo repertorio repasaron a conciencia: sólo se dejaron en el tintero tres de sus trece temas.

Arrancaron, quizá algo tímidos, con la reciente Never trust me y también rescataron algunos temas de sus dos anteriores discos, como el Pequeño vals que, con silbido incluido, contribuyó a animar al respetable. Siguieron, entre otras, con la cambiante Sink down to me y Wrong way , una tonada que, en palabras de la escotada Leonor, posee la virtud de que un domingo se parezca al sábado. "Y eso que un domingo siempre es domingo, aunque trates de huir de él", bromeó.

Hacia el escuador del bolo, dos canciones como Mind the gap y Silence sirvieron para poner de manifiesto los ingredientes de lo que algunos denominan sonido Marlango: melodías circulares con cierta capacidad hipnótica y un asombroso poder metamórfico, una trompeta y unos teclados de lo más característicos, y una voz, la de Watling que, lejos de ser perfecta -y menos en directo-, se muestra flexiblemente seductora, sobre todo por su habilidad para susurrar letras que inmediatamente después pueden transformarse en un atronador pero dulce alarido .

El elegante pop que Marlango adereza con abundantes gotas de jazz y algunos ramalazos de rock tuvo como exponentes finales temas añejos como Once upon a time y Shake the moon . Para los bises dejaron su versión del Vete de Los Amaya -esta vez no hubo revisión de La negra flor de Radio Futura-, la arrabalera Dance! Dance! Dance! y una bella nana. Shiny fish , que habla de peces que aúllan a la luna y que, obviamente, podría haber escrito el guía espiritual del grupo, el inefable Tom Waits.

Con las luces ya encendidas, muchos de los asistentes abandonaban el teatro con la sensación de querer agotar las horas de un viernes mágico que en poco se asemejaba a un domingo frío y lluvioso.



Guggenheim Bilbao

Titanio y meteorología