‘ORPHANS’ SALE A LA VENTA HOY CON UN COMPLETO LIBRETO DE CASI CIEN PÁGINAS
Los tres discos incluyen nuevas piezas y temas grabados para bandas sonoras y colaboraciones con otros artistas
Por Juan G. Andrés
DONOSTIA. Tom Waits (Pomona, California, 1949) es un tipo extraño al que le suceden cosas no menos extrañas. Una de las últimas está relacionada con la gestación de su nuevo disco, que en realidad son tres álbumes agrupados bajo el nombre de Orphans. En total, esta trilogía –Brawlers, Bawlers y Bastards– reúne 56 piezas, la mitad de ellas inéditas, compuestas en distinos momentos de los últimos 25 años.
Cuenta el viejo Tom que tuvo que comprar a un fontanero de Moscú algunas de las canciones de Orphans, trabajo que hoy sale a la venta. “¡Un fontanero! ¡En Rusia! ¡Hablaba con él por teléfono en medio de la noche negociando el precio de mi propio material!”, recuerda en una reciente entrevista concedida a la revista The Word. “Aquel tipo ruso tenía doce o trece canciones mías que en su día se cayeron de la mesa de grabación de distintas sesiones. Aquellos temas se perdieron, pero alguien los cogió, hizo copias y las vendió a alguien. ¿Quién sabe? Esto ocurre cuando no controlas tu trabajo meticulosamente. Ahora, a medida que me hago mayor, estoy empezando a archivar más las cosas”, sostiene.
COMO VACIAR LOS BOLSILLOS
56 canciones rescatadas
56 canciones rescatadas
Afortunadamente, las 56 canciones pródigas de este nuevo trabajo han perdido su condición de huérfanas porque TomWaits ha asumido su paternidad junto a Kathleen Brennan, su compañera
sentimental y coautora de buena parte de las letras. En la página web de Anti, la discográfica que desde hace siete años publica todos sus discos,Waits asegura que sumujer y él querían que el disco fuera “como vaciar los bolsillos sobre la mesa tras una noche de apuestas y robos”.
“Orphans contiene canciones para cualquier ocasión. Algunas fueron escritas en medio de la confusión y grabadas de noche, en el interior de un coche en marcha. Otras fueron creadas en habitaciones de hotel y se grabaron en Hollywood en medio del drama y la confusión. En cualquier caso, éstas son las que sobrevivieron a la riada y fueron rescatadas de las ramas de los árboles una vez retrocedieron las aguas”, relata.
Y arrojan más luz sobre los tesoros musicales que esconden las más de tres horas de música de Orphans: “Hay un mambo sobre un convicto que se fuga de la cárcel con una raspa de pescado, un delta blues sobre un vecino molesto y una pieza hablada sobre una mujer que fue alcanzada por un rayo”. Suma y sigue: “También un madrigal escocés del siglo XVIII sobre una homicida rivalidad entre hermanos, una canción a capella sobre un ahorcamiento y un tema de Jack Kerouac y un espiritual con una petición personal dirigida al Señor”.
‘BRAWLERS’, ‘BAWLERS’ Y ‘BASTARDS’
Tres discos en uno
Tom Waits ha distribuido sus temas en tres discos que guardan una apabullante coherencia formal: 30 piezas son inéditas y el resto fueron grabadas para diversas colaboraciones o participaciones en bandas sonoras. En cualquier caso, cada uno de los tres álbumes podría haberse vendido por separado. El primer disco, Brawlers (camorristas), incluye temas enmarcados en lo que podría llamarse blues chillón o surreal, con gruñidos, alaridos y susurros. Entre las piezas nuevas destacan LowDown, un rock de garaje en el que el hijo deWaits, de 20 años, se emplea a fondo con las baquetas, y Road to peace, una soflama política en la que aparecen citados personajes como Mahmoud Abbas, Ariel Sharon y George Bush. También hay una versión del The return of Jackie and Judy, de The Ramones.
El segundo disco, Bawlers (plañideros), muestra, quizá, al Waits más asequible, el de los valses, las baladas celtas y las nanas beodas. Es el caso de la hermosa The fall of Troy o la formidable You can never hold back spring, incluida en la banda sonora de la película El tigre y la nieve, dirigida por su amigo Roberto Benigni, o lamítica Goodnight Irene, popularizada hace décadas por el gran Leadbelly. Hay un nuevo homenaje a The Ramones con una versión de Danny says, y se publica, por fin en un disco oficial, Little Drop of Poison, incluida, entre otras, en la película El final de la violencia, deWim Wenders.
El último álbum, Bastards (bastardos), se abre con What keeps mankind alive, una canción de Kurt Weill escrita por Bertold Brecht. Es el disco más marciano de los tres y, con un tono ciertamente experimental, contiene una versión del King Kong de Daniel Johnston y algunos temas recitados, como Nirvana, basado en un poema de Charles Bukowski. Destaca, asimismo, Home I´ll never be, una canción urdida a partir de un texto de su añorado Jack Kerouac, también presente a través del blues machacón On the road. Y dos curiosos monólogos: Army ants, una suerte de documental que detalla las tendencias homicidas de los insectos, y The Pontiac, donde un padre conversa con su hijo acerca de los coches que ha tenido.
LIBRETO DE 94 PÁGINAS
Viejos conocidos
Su apariencia desaliñada puede dar una idea equivocada, pero TomWaits cuida más que nunca el sonido y la producción de sus discos, de la que Brennan y él se ocupan personalmente. En su banda figuran viejos conocidos como los bajistas Larry Taylor y Greg Cohen, el guitarrista Marc Ribot o los sopladores de armónicas John Hammond o Charlie Musselwhite. Por si todo ello fuera poco, el último atractivo de Orphans reside en la presentación del propio disco triple, que incluirá un libreto de 94 páginas con las letras de las canciones y fotos raras, algunas tomadas por el propioWaits. Según el diseñador Johnny Brewton, “puede leerse como un libro de cuentos cortos, poemas y versos o puede servir para acompañar la música durante su escucha”.
¿Qué más se puede pedir?
sentimental y coautora de buena parte de las letras. En la página web de Anti, la discográfica que desde hace siete años publica todos sus discos,Waits asegura que sumujer y él querían que el disco fuera “como vaciar los bolsillos sobre la mesa tras una noche de apuestas y robos”.
“Orphans contiene canciones para cualquier ocasión. Algunas fueron escritas en medio de la confusión y grabadas de noche, en el interior de un coche en marcha. Otras fueron creadas en habitaciones de hotel y se grabaron en Hollywood en medio del drama y la confusión. En cualquier caso, éstas son las que sobrevivieron a la riada y fueron rescatadas de las ramas de los árboles una vez retrocedieron las aguas”, relata.
Y arrojan más luz sobre los tesoros musicales que esconden las más de tres horas de música de Orphans: “Hay un mambo sobre un convicto que se fuga de la cárcel con una raspa de pescado, un delta blues sobre un vecino molesto y una pieza hablada sobre una mujer que fue alcanzada por un rayo”. Suma y sigue: “También un madrigal escocés del siglo XVIII sobre una homicida rivalidad entre hermanos, una canción a capella sobre un ahorcamiento y un tema de Jack Kerouac y un espiritual con una petición personal dirigida al Señor”.
‘BRAWLERS’, ‘BAWLERS’ Y ‘BASTARDS’
Tres discos en uno
Tom Waits ha distribuido sus temas en tres discos que guardan una apabullante coherencia formal: 30 piezas son inéditas y el resto fueron grabadas para diversas colaboraciones o participaciones en bandas sonoras. En cualquier caso, cada uno de los tres álbumes podría haberse vendido por separado. El primer disco, Brawlers (camorristas), incluye temas enmarcados en lo que podría llamarse blues chillón o surreal, con gruñidos, alaridos y susurros. Entre las piezas nuevas destacan LowDown, un rock de garaje en el que el hijo deWaits, de 20 años, se emplea a fondo con las baquetas, y Road to peace, una soflama política en la que aparecen citados personajes como Mahmoud Abbas, Ariel Sharon y George Bush. También hay una versión del The return of Jackie and Judy, de The Ramones.
El segundo disco, Bawlers (plañideros), muestra, quizá, al Waits más asequible, el de los valses, las baladas celtas y las nanas beodas. Es el caso de la hermosa The fall of Troy o la formidable You can never hold back spring, incluida en la banda sonora de la película El tigre y la nieve, dirigida por su amigo Roberto Benigni, o lamítica Goodnight Irene, popularizada hace décadas por el gran Leadbelly. Hay un nuevo homenaje a The Ramones con una versión de Danny says, y se publica, por fin en un disco oficial, Little Drop of Poison, incluida, entre otras, en la película El final de la violencia, deWim Wenders.
El último álbum, Bastards (bastardos), se abre con What keeps mankind alive, una canción de Kurt Weill escrita por Bertold Brecht. Es el disco más marciano de los tres y, con un tono ciertamente experimental, contiene una versión del King Kong de Daniel Johnston y algunos temas recitados, como Nirvana, basado en un poema de Charles Bukowski. Destaca, asimismo, Home I´ll never be, una canción urdida a partir de un texto de su añorado Jack Kerouac, también presente a través del blues machacón On the road. Y dos curiosos monólogos: Army ants, una suerte de documental que detalla las tendencias homicidas de los insectos, y The Pontiac, donde un padre conversa con su hijo acerca de los coches que ha tenido.
LIBRETO DE 94 PÁGINAS
Viejos conocidos
Su apariencia desaliñada puede dar una idea equivocada, pero TomWaits cuida más que nunca el sonido y la producción de sus discos, de la que Brennan y él se ocupan personalmente. En su banda figuran viejos conocidos como los bajistas Larry Taylor y Greg Cohen, el guitarrista Marc Ribot o los sopladores de armónicas John Hammond o Charlie Musselwhite. Por si todo ello fuera poco, el último atractivo de Orphans reside en la presentación del propio disco triple, que incluirá un libreto de 94 páginas con las letras de las canciones y fotos raras, algunas tomadas por el propioWaits. Según el diseñador Johnny Brewton, “puede leerse como un libro de cuentos cortos, poemas y versos o puede servir para acompañar la música durante su escucha”.
¿Qué más se puede pedir?
EL DISCO
● Orphans. Brawlers, Bawlers & Bastards. Editado por la discográfica Anti y distribuido en España por Pias Records, Orphans incluye 56 piezas –30 inéditas– distribuidas en tres discos. Algunas ya habían sido publicadas en recopilatorios, bandas sonoras y discos pirata, como la serie Tales from the underground, pero al fin aparecen publicadas en una edición de lujo. Según Waits, Orphans “es un chico sin futuro manejando un ataúd con neumáticos grandes a través del río Ohio, usando anteojos para soldar y un golpeador de esposas con un petardo en su oído”.
No cultiva una música excesivamente comercial, pero sus discos –y ya van más de 20– son seguidos por una pequeña gran minoría cada vez menos silenciosa.
Ídolo de (pequeñas) masas
A nadie se le escapa queTomWaits no hace música para todos los públicos. Los no iniciados pueden entender sus bizarras tonadas como los desvaríos musicales de un dipsómano que canta sobre pianos que han estado bebiendo, hombres de dos cabezas y freaks que podrían haber protagonizado la mítica película de Tod Browning. Aunque a principios de los 70 su voz se asemejaba a la de los clásicos crooners norteamericanos, hace tiempo que dejó de ser dulce y aterciopelada. Quizá nunca sonó de esa forma, pero hace tiempo que “aguardentoso” es el adjetivo que mejor casa con el sonido que fabrican sus cuerdas vocales. Posee, además, un gusto irrefrenable por los instrumentos raros: el piano de juguete, el serrucho musical o el theremin, un extraño artilugio que suena sin necesidad de tocarlo, moviendo las manos alrededor de unas antenas de metal que emiten ondas.
Ya pesar de tanta rareza, sus seguidores son legión en todo el mundo. Basta echar mano del sacrosanto Google para darse cuenta de ello: la búsqueda del nombre y apellido de Tom Waits en Internet arroja un saldo de casi tres millones de resultados.Hay cientos de páginas web dedicadas al músico californiano y blogs que ofrecen cumplida información sobre él casi a diario, como el foráneo The Eyeball Kid o el español Máquina de Huesos, sin cuyos textos habría sido prácticamente imposible redactar estas líneas.
Ya pesar de tanta rareza, sus seguidores son legión en todo el mundo. Basta echar mano del sacrosanto Google para darse cuenta de ello: la búsqueda del nombre y apellido de Tom Waits en Internet arroja un saldo de casi tres millones de resultados.Hay cientos de páginas web dedicadas al músico californiano y blogs que ofrecen cumplida información sobre él casi a diario, como el foráneo The Eyeball Kid o el español Máquina de Huesos, sin cuyos textos habría sido prácticamente imposible redactar estas líneas.
AMPLIA DISCOGRAFÍA
El primer encontronazo con Waits
Aunque quizá el factor que más se repita sea el boca-oído, cada fan de Tom Waits tiene su propia historia sobre su primer encuentro con el maestro. Hay desde quien lo descubrió gracias a las canciones Innocent when you dream y Cold cold ground, incluidas, respectivamente, en las magistrales películas Smoke y Leolo, y hay quien –como es el caso del arriba firmante– hallaron al viejo zorro atrapado en el interior de una trilladísima cinta TDK hurtada a un compañero de instituto. Era The black rider, un inclasificable álbum publicado en 1993 donde el músico colaboró con el director de escena Robert Wilson y el escritor William Burroughs.
Ciertamente, basta una chispa que encienda la llama: si el flechazo con Waits se produce, el oyente correrá a buscar todos y cada uno de los discos que integran su vasto currículo, compuesto por una veintena de discos. De su etapa en la discográfica Asylum destacan Closing time (1973), Small change (1976) y Blue Valentine (1978), y de su época en Island Records sobresalen trabajos como Frank’s wild years (1987), Bone machine (1992) y el citado The black rider (1993). En 1999, para lograr una mayor libertad creativa, semudó a la casa independiente Anti, subsello de Epitaph, donde ha publicado sus últimos discos: Mule variations (1999), Alice y Blood money (ambos de 2002) y Real gone (2004).
ESCASOS CONCIERTOSCiertamente, basta una chispa que encienda la llama: si el flechazo con Waits se produce, el oyente correrá a buscar todos y cada uno de los discos que integran su vasto currículo, compuesto por una veintena de discos. De su etapa en la discográfica Asylum destacan Closing time (1973), Small change (1976) y Blue Valentine (1978), y de su época en Island Records sobresalen trabajos como Frank’s wild years (1987), Bone machine (1992) y el citado The black rider (1993). En 1999, para lograr una mayor libertad creativa, semudó a la casa independiente Anti, subsello de Epitaph, donde ha publicado sus últimos discos: Mule variations (1999), Alice y Blood money (ambos de 2002) y Real gone (2004).
La cápsula del tiempo deTom
A pesar de ser un artista poco dado a las actuaciones en directo –nunca, además, ha ofrecido un concierto en el Estado–, la incontinencia creativa de Tom Waits parece no tener fin. Sigue creando canciones con la única intención de que éstas le sobrevivan. “Algún día ya no estaré, la gente escuchará mis canciones y me harán aparecer por arte de magia. Es como una cápsula del tiempo. O como hacer una muñeca vudú. Tienes que envolverla con hilo, poner una piedra dentro de la cabeza y usar palos y un poco de tela de araña. Tienes que ponerlo todo ahí para que la canción sobreviva”.
"Cazar pájaros sin matarlos"
En los 80 fue cliente de Alcohólicos Anónimos. Sus problemas con la bebida estuvieron a punto de otorgarle el pasaporte al otro barrio, pero su actual compañera sentimental y artística, Kathleen Brennan, apareció para salvarle la vida “en el último minuto, como si fuera un deus ex machina”. “Soy como el Correcaminos, que corría y se salía del risco, miraba alrededor y antes de precipitarse al vacío volvía corriendo sobre el humo que había bajo sus pies. He tenido la suerte de caminar sobre el humo. Dejé la bebida hace unos catorce años”, dice en la entrevista de The Word, reproducida en el blog Máquina de Huesos. No cabe duda de que Waits es un gran hacedor de metáforas. Hace poco ha declarado a The Observer: “Escribir canciones es como capturar pájaros sinmatarlos. A veces todo lo que consigues es quedarte con la boca llena de plumas”.
En los 80 fue cliente de Alcohólicos Anónimos. Sus problemas con la bebida estuvieron a punto de otorgarle el pasaporte al otro barrio, pero su actual compañera sentimental y artística, Kathleen Brennan, apareció para salvarle la vida “en el último minuto, como si fuera un deus ex machina”. “Soy como el Correcaminos, que corría y se salía del risco, miraba alrededor y antes de precipitarse al vacío volvía corriendo sobre el humo que había bajo sus pies. He tenido la suerte de caminar sobre el humo. Dejé la bebida hace unos catorce años”, dice en la entrevista de The Word, reproducida en el blog Máquina de Huesos. No cabe duda de que Waits es un gran hacedor de metáforas. Hace poco ha declarado a The Observer: “Escribir canciones es como capturar pájaros sinmatarlos. A veces todo lo que consigues es quedarte con la boca llena de plumas”.
2 comentarios:
Gracias por el link. Me tomo la libertad de incluir el pdf en la máquina de huesos :)
Faltaría plus, Bitxuberinosa.
Si quieres, puedes coger también los archivos PDFs, que quedan más vistosos.
Saludos y gracias nuevamente.
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