31 mayo 2010

Concierto de Doctor Deseo en Donostia

Comulgar con ruedas de deseo

VEINTITRÉS
añitos lleva Francis Díez haciendo girar la noria del deseo, y en todo ese tiempo sus conciertos no han perdido un ápice de ardor, encanto y pasión. Lo comprobaron en sus propias carnes las más de 700 almas (nada cándidas) que el sábado noche, mientras la fría Oslo acogía el festival más kitsch de Europa, se citaron en la calurosa Sala Rockstar.

Hambre y sed de ti fue el primero de casi 30 temas que los seguidores de Doctor Deseo corearon sin descanso y, como se dice vulgarmente, de pé a pá. Lo hicieron con el mismo fervor con el que un coro de iglesia se entrega a sus himnos de domingo. Y sorprendentemente no sólo recitaron sus éxitos más célebres, sino que demostraron haber aprendido de memoria canciones como Tuyo es, mío no, Sodomako sagarra, Que amanece de nuevo o De chocolate y vainilla, incluidas en su último álbum, Deseo: cartografía imposible (2010), que no lleva ni dos meses a la venta y que repasaron casi al completo.

En verdad, los shows del grupo bilbaino tienen mucho de eucaristía lúbrica en la que Francis cumple el rol de sumo sacerdote y, como tal, desarrolla una serie de rituales que, cómo no, se repitieron en su oficio de Donostia, repleto de guiños al cabaret, al circo y al burlesque. El capellán del deseo no caminó sobre las aguas, pero sí anduvo sobre la barra, sorteando vasos y parroquianos. No levitó pero casi: tan pronto predicaba entre el público como se aparecía en las alturas, colgado de una barandilla o aferrado a una columna. Con su guante de encaje en la mano derecha, las uñas y los labios pintados de rojo y su liga sobre la rodilla izquierda, ofreció su cáliz de brandy a los sedientos y obró el milagro de convertir el botellín de cerveza en lluvia dorada. Sus pecados los purgó dejándose fustigar con el látigo de la vocalista Leire Maturana...

Su lasciva liturgia contó con la música de una banda de veteranos monaguillos y apóstoles -Toro, Raúl, Josi, Txanpi y un viola invitado - que vistieron sus salmos de sexo y dolor con mucho rock y algún que otro guiño a la electrónica. Sonaron, entre otros, Jugaba el placer al escondite, Abrázame, Dancing in Hell y Fugitivos en el paraíso. La misa finalizó luego de varios bises, entre ellos el obligado Corazón de tango y el clásico Morir en Bilbao. Los doctores se despidieron poniendo fecha a su próxima consulta donostiarra, que será en julio durante las fiestas del puerto.

A los no iniciados que quieran asistir, a quienes aún no han hecho su primera comunión con Francis, una recomendación: no se ha visto un concierto de Doctor Deseo en todo su esplendor hasta que se sigue desde las primeras filas. Dejen que les salpique -literal y metafóricamente- la música y sorpréndanse con la desinhibición de algunas parejas y con las hermosas beatas que quieren tocar y ser tocadas por el Mesías. Una experiencia casi religiosa.


28 mayo 2010

Concierto de John Mayall en Donostia

Es sólo blues...

Fecha y lugar.
26/05/10. Teatro Victoria Eugenia. Donostia. Intérpretes. John Mayall (voz, teclados y armónica), Rocky Athas (guitarra), Greg Rzab (bajo), Jay Davenport (batería), Tom Canning (teclados).

EL miércoles John Mayall regresó a estos pagos por segunda vez en menos de un año y trajo consigo a la talentosa formación que lo acompañó en el Hondarribia Blues Festival, a cuyos altares fue elevado con todos los honores. Quizá porque los teatros son auditorios que exigen una puesta en escena más rígida, el británico pareció no estar tan enérgico como en su visita al país del Bidasoa. Pero su voz, sus teclados y su armónica -esta vez no se colgó la guitarra- sonaron tan legendarios como siempre, tanto cuando repasó temas de reyes como Albert o Freddie King como cuando abordó Nothing to Do with Love y The Sum of Something, dos de los temas incluidos en Tough (2009), su último disco. El éxtasis del maduro público llegó con la célebre Room to Move, plagada de solos y alardes musicales. Con Mayall sólo cabe adaptar el viejo himno de los Stones, It"s Only Rock "N Roll (but I Like It), y decir: "Es sólo blues... Pero nos gusta".