29 noviembre 2008

Concierto de Mark Kozelek en el Doka de Donostia


Calidez a 3ºC

Fecha y lugar. 27/11/08. Donostiako Kafe Antzokia (DOKA). Intérpretes. Mark Kozelek (guitarra y voz). Saioa (guitarra y voz).

PROBABLEMENTE existan mil y una formas de combatir el frío de una desapacible noche en la que el mercurio descendió hasta los 3ºC, pero pocas serán tan placenteras como la oferta que el Doka de Donostia hizo el jueves a un escaso centenar de afortunados. Auspiciado por la siempre inquieta promotora GinTonic, el concierto de Mark Kozelek fue anunciado en la víspera, casi de manera clandestina, e incluso sus más acérrimos seguidores se enteraron de chiripa. La propuesta del estadounidense no pudo ser más básica, íntima y hermosa. Envuelto en una verde penumbra, sólo necesitó un taburete alto, la guitarra acústica y su particular voz para engatusar a los parroquianos que abrieron bien las orejas durante un recital pleno de calidez y cercanía. El frontman de Sun Kill Moon y Red House Painters repasó su séptimo álbum en solitario, Finally LP , y llenó la sala de melancolía folk y arrebatadora tristeza. Previamente, fue Saioa, cancionista de Legorreta, la que desgranó algunas tonadas de su reciente disco Matrioska Heart , que destila dulzura y rabia a partes iguales. ¿Quién dijo frío?

22 noviembre 2008

Concierto de Barrence Whitfield & The Hi-Risers en Gazteszena

Let's Rock!

Fecha y lugar. 19/11/08. Sala Gazteszena. Donostia. Intérpretes. Barrence Whitfield (voz), Greg Townson (guitarra y voz), Todd Bradley (bajo), Jason Smay (batería), Toño Pedrada (saxo).

LOS comentarios y las caras de buena parte del rebaño que el martes abandonaba Gazteszena al filo de la medianoche eran tremendamente elocuentes. Pocos habían entrado en la sala sabiendo qué iban a presenciar y, quizá por ello, muchos salieron con la sorpresa instalada en el rostro y la melena revuelta por la ventisca musical que a punto estuvo de echar la sala abajo.

Barrence Whitfield dejó boquiabierto al respetable con una poderosa actuación que comenzó al grito de "Let´s rock!" y en la que no escatimó ni una gota de energía. El estadounidense se desenvolvió con una soltura y un desenfado propios de tiempos pretéritos, de artistas de los que ya no abundan. Cada vez que atronaba su portentoso vozarrón podían percibirse los ecos de otras bestias escénicas como Little Richard, James Brown o Wilson Pickett.

El fornido ex miembro de los Savages cultiva el rock and roll y lo hace a lo grande, con una trepidante puesta en escena y un carisma arrollador. Además, en la presente gira española le acompañan el soplador leonés Toño Pedrada -¡qué bien le sienta al rock el sonido del saxo!- y el imponente trío The Hi-Risers, que aporta al black power de Whitfield un color mestizo. Como el del presidente de moda, al que el cantante jaleó de manera compulsiva. Los cuatro escoltas blancos del oscuro grandullón también le hincaron el diente al rockabilly, al funk y al rhythm & blues, y sólo se echó en falta que la negra voz hiciera alguna concesión más al soul. Pero no hubo tregua ni cuando el líder se retiraba a descansar y dejaba el mando a los Hi-Risers.

El show culminó con el enardecido vocalista blandiendo el pie de micro y dando grotescas volteretas sobre las tablas. Y el público, al borde del delirio, lanzaba vítores a dos de los héroes del gran Barrence: Barack Obama y, cómo no, Bo Didley.