Fecha y lugar. 06/09/07. 'El Peine del Viento'. Donostia. Intérpretes principales. Txetxo Bengoetxea, Mikel Erentxun, Amaia Montero y Álex Ubago. Repertorio. Interpretaron canciones propias y ajenas y realizaron varios duetos. Se despidieron todos juntos cantando 'Cien gaviotas' al unísono.
Salvo error u omisión, es posible que la barandilla de
Más que de concierto, el evento tuvo carácter de celebración musical a cargo de cuatro intérpretes que en las últimas dos décadas y media han llevado el pop de la Bella Easo allende nuestras fronteras: Mikel Erentxun y Txetxo Bengoetxea comenzaron sus carreras en los 80 con Duncan Dhu y 21 Japonesas, respectivamente, mientras que Amaia Montero, de La oreja de Van Gogh, y Álex Ubago son hijos musicales de los últimos años 90 y del siglo XXI.
casi 25 años de pop donostiarra
30 años de 'El Peine del Viento'
Iluminados por un crepúsculo de postal, presentaron el acto la omnipresente Edurne Ormazábal y Luis Chillida, cuyo emotivo discurso -"Aita quiso hacer con el Peine un homenaje a su pueblo"- poco interesó a las parlanchinas quinceañeras que abarrotaban las primeras filas. Tampoco hicieron mucho caso -porque no le conocían- del primer intérprete que subió al escenario. Con el único acompañamiento de los teclados, Txetxo Bengoetxea quiso aportar "una gotita de emoción e intimidad" con dos canciones que, según confesó, escribió en El Peine del Viento . Después interpretó otras dos canciones en clave más rockera junto a una amplia banda, y cedió el testigo al idolatrado Álex Ubago que, entre otros temas, interpretó Qué pides tú y Aunque no te pueda ver -esta última se la dedicó, emocionado, a su tía Manuela, para quien el Peine era también "un lugar muy especial"-.
Dos de los momentos más celebrados de la noche llegaron cuando Ubago cantó Sin miedo a nada a dúo con Amaia Montero y Esos ojos negros junto a Mikel Erentxun, de quien se confesó ferviente admirador.
El antiguo componente de Duncan Dhu aportó la mayor dosis de electricidad en una velada a la que primero aportó Mañana y Cartas de amor . Después, para regocijo del público, regresó Amaia Montero para acompañarle en A tu lado , antes de acometer con su banda la rockera Arde Madrid . Quizá por su pasado como estudiante de Arquitectura, Erentxun fue de los pocos que se acordó también de Peña Ganchegui, que diseñó el espacio donde descansan las tres esculturas de Chillida.
Y el final del homenaje llegó, como no podía ser de otra forma, con una canción eminentemente marítima, el himno de los Duncan Cien gaviotas , que Bengoetxea, Montero, Ubago y Erentxun entonaron al alimón junto a cientos de gargantas de todas las edades.
Al numeroso público que no quiso perderse este encuentro tan especial como inédito le supo a poco una cita que duró poco más de una hora pero que sirvió para celebrar los 30 años de El Peine del Viento a través de una actuación que también fue un resumen de casi 25 años del más genuino pop made in Donostia.
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