18 abril 2010

Representación de 'Dos menos' en el Victoria Eugenia


A medio camino

Fecha y lugar
. 16/04/10. Donostia. Teatro Victoria Eugenia. Autor. Samuel Benchetrit. Dirección. Óscar Martínez. Intérpretes. Héctor Alterio, José Sacristán, Ángela Villar y Nicolás Vega. Incidencias. Las dos representaciones de Donostia fueron el colofón de la gira hispano-argentina de "Dos menos" tras más de años en cartel.


SOBRE el papel, y a juzgar por los éxitos que el montaje ha obtenido en Francia, Argentina y España,
Dos menos promete. Una pareja de hombres mayores despierta en el hospital y recibe la noticia de que sólo les quedan unos días de vida. Deciden escapar y emprenden un último viaje en clave de aventura que les sirve para rememorar sus respectivas vidas, conocerse y quererse. Todo ello aderezado con humor negro, mucha sensibilidad y las siempre admirables actuaciones de José Sacristán y Héctor Alterio.

Sobre el escenario, sin embargo, la propuesta no resulta tan redonda como cabría esperar. El arranque, ciertamente, es prometedor, con ambos enfermos terminales huyendo en pijama e ironizando sobre la metástasis y los otoños que nunca volverán a vivir. Pero al cuarto de hora la función va perdiendo sus constantes vitales, hasta el punto de que cuesta escribir eso tan recurrente de que “la obra se salva por la actuación de sus protagonistas”. La trama se diluye en una sucesión de capítulos que en ocasiones rozan el absurdo –en el sentido peyorativo del término– y el tedio –como el episodio de la discoteca–.

El texto contiene algunas fallas que impiden brillar más al tándem Sacristán-Alterio y provocan que sus personajes parezcan deambular sin un rumbo claro, quizá porque el viaje interior y el periplo físico no están debidamente engarzados y se quedan a medio camino. Es también una lástima que la sensiblería termine imponiéndose al sarcasmo que destilan pasajes memorables –que los hay– como aquel donde uno le dice al otro: “¿Qué hago para no pensar en mi muerte? Pienso en la tuya”.


JOSE SACRISTÁN
"No sólo es lícito reírse de la muerte, sino que además es de lo más saludable y aconsejable"

Casi tres años después de visitar Donostia con 'Un Picasso', Pepe Sacristán (Chinchón, 1937) ha regresado estos días a la ciudad para finalizar las representaciones de 'Dos menos', la obra que ha protagonizado junto a Héctor Alterio (Buenos Aires, 1929) durante más de dos años.

DONOSTIA. El Teatro Victoria Eugenia ha recibido este fin de semana a Sacristán y Alterio, que encabezan un reparto completado por Ángela Villar y Nicolás Vega. Escrita por el galo Samuel Benchetrit y dirigida por el argentino Óscar Martínez, la obra Dos menos cuenta la historia de una pareja de hombres mayores a los que les queda poco tiempo de vida y deciden fugarse del hospital para emprender un último y maravilloso viaje en el que no faltan el cariño, el humor y la emoción.

El título, "Dos menos", invita a pensar que el humor negro está presente en la obra.

La historia parte del anuncio de una muerte inmediata de dos tipos que deciden echar a andar, pero lejos de ser una propuesta dramática o terrible, es francamente muy divertida, tierna y sorprendente.

¿No da un poco de "yuyu" encarnar a un enfermo terminal?

No, joder. En este oficio de actor incluso me he muerto varias veces.

¿Y es lícito reírse de algo tan serio y trágico como la muerte?

No sólo es lícito, sino que es de lo más saludable y aconsejable. Una de las grandes capacidades que nos distinguen a los seres humanos de los cuadrúpedos es el poder reírnos de nosotros mismos e incluso de nuestra muerte, claro que sí. Siempre y cuando esta risa sea inteligente y no moleste a nadie.

¿Es más inteligente el humor negro que el humor blanco?

No, no... No depende del género, sino del autor. El humor es inteligente si el autor lo es. Hay cosas de humor negro que son estúpidas... No creo que un género sea superior a otro. Lo que lo hace superior es el talento del autor.

Después de dos años de representaciones, ¿han hablado con algún enfermo terminal que ha visto la obra?

Sí, bastantes veces. Y en ningún caso se han sentido incómodos ni molestos, porque así nos lo han hecho saber. Algunos nos han esperado a la salida del teatro y ninguno se ha mostrado en contra de la obra y nuestro trabajo.

¿Quizá esos espectadores se sintieron reconfortados en algún sentido?

Sí, porque la obra propone una especie de huida hacia adelante y en un momento determinado estos dos pobres diablos que se van a morir y que nunca han tenido nada, descubren que se tienen el uno al otro. La obra tiene un final abierto al optimismo dentro de los márgenes que tiene esa gente para ser optimista. No es un final pesimista.

¿Ha cambiado su idea de la muerte tras participar en "Dos menos"?

No, no... Uno tiene ya una edad suficiente como para que sean los propios acontecimientos y la propia experiencia la que te haga plantearte ciertas cosas.

¿Le asusta la muerte?

No, me asusta pero me jode ser dependiente, la humillación, que la naturaleza se ponga de mala leche y te convierta en un inútil. Pero hay que morirse, macho.

¿Tiene moraleja la obra?

No, afortunadamente no tiene ningún mensaje. Esta función va directamente a los sentimientos: la gente se divierte, está intrigada e inquieta y luego, camino a casa, quizá pueda pensar en ciertas cosas, como la idea de la soledad, del fracaso, la amistad, el amor...

¿Qué haría si le dicen, como a su personaje, que le queda poco tiempo de vida?

No lo sé, no tengo ni puta idea de lo que haría. No sé si me tiraría por un balcón o me haría obispo.

¿Le queda algún sueño artístico por cumplir?

Anhelo seguir divirtiéndome y jugando a este juego de hacer creer que soy el que no soy, y que a la gente le importe lo que hago. La base fundamental de este oficio es que es un juego, y mientras yo me entretenga, me anima a seguir jugando.

¿Cómo es trabajar con Héctor Alterio, con el que sólo había coincidido en el cine?

Un lujo. Tenemos una complicidad total, no sólo en nuestra manera de trabajar, sino de entender muchas cosas de la vida.

¿Hay algo de duelo interpretativo, eso que a los periodistas tanto les gusta escribir?

No, qué va. Todo lo contrario. Después de tantos años, sería una estupidez por nuestra parte. Sentimos el uno por el otro el mismo cariño y respeto, la colaboración es total y lejos de haber nada competitivo, todo es cooperación mutua.

Es de suponer que el hecho de que ustedes dos sean amigos fuera del escenario ayuda a enriquecer sus interpretaciones.

Eso siempre ocurre. El buen rollo siempre contribuye a que el resultado sea mejor. Es raro que los actores se lleven mal y el resultado de una obra sea medianamente potable. Y aunque así fuera, yo jamás he vivido esa situación, porque si alguna vez he intuido que va a haber mal rollo, prefiero largarme.

Las representaciones de "Dos menos" concluyen en Donostia después de más de dos años de gira. ¿Ahora qué?

Llevamos muchos años en este oficio y ahora tengo la cabeza puesta en otro sitio. Quiero quedarme en casa un tiempo y desobedecer las órdenes del actor. Mi intención es escribir, repasar y tratar de ordenar una especie de dramaturgia sobre unos textos de mi amigo y maestro Fernando Fernán Gómez.

Cada vez se le ve menos en el cine.

Es que me jode mucho madrugar para ir a rodar. En cambio, esto del teatro hoy en día es cosa de señoritos: trabajas hora y media, cuando viajas no actúas... No, en serio. Es que últimamente lo que me ofrece el cine no me interesa demasiado y, como afortunadamente puedo elegir, prefiero decantarme por el teatro. De todas maneras, hay dos proyectos interesantes para cine que seguramente se concretarán en un par de meses.


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