20 julio 2010

Plastilina Jazz Band


La ¿verdadera? historia de Plastilina Jazz Band

Podría decirles que Plastilina Jazz Band nació como excusa para ilustrar un suplemento sobre el Heineken Jazzaldia, pero sería tan prosaico y pragmático que prefiero inventar otra historia que puede no ser cierta, pero resulta -espero- algo más atractiva.

Decidí modelar aquellas cinco figuritas por la misma razón por la que muchos cineastas prefieren trabajar con dibujos animados o muñecos de plastilina: para tener un control todal sobre los actores. Estaba harto de fotografiar a grupos en penumbra, de tener que lidiar con otros foteros en las primeras filas y de ver cómo un sinfín de músicos se zafaban de mi vieja Nikon por su excesiva movilidad o mi inexperiencia. Si creaba a mis propios músicos para hacerles posar a mi antojo, podría obtener las increíbles fotos que me permitirían, al fin, eliminar el adjetivo "humilde" de mi apodo y ser, simple y llanamente, El Fotero del Pánico.

Pero mi gozo en un pozo. Después de crear y bautizar a los cinco músicos me fui a dormir y cuando desperté al día siguiente la banda al completo había desaparecido de la mesa de la cocina. Desde entonces no he vuelto a ver a ninguno de los cinco intérpretes y todo lo que sé de ellos me ha llegado a través de referencias de terceros. Un alumno de Musikene, por ejemplo, me contó que los integrantes del grupo se presentaron un día en el Centro Superior de Música del País Vasco y ocuparon una sala de ensayo de manera ilícita. Ningún estudiante o bedel podía aguantar el infame estruendo que hacían al tocar sus instrumentos, pero la nueva y polémica coordinadora del centro les dejó hacer porque aquellos eran los únicos estudiantes que no pedían su dimisión.

Sólo abandonaron el palacio cuando decidieron presentarse al proceso de selección de grupos locales del Jazzaldia. Fueron a inscribirse en persona a las oficinas del festival, y uno de ellos -no me especificaron cuál- decidió presentarse como yo lo traje al mundo, es decir, desnudo, con la intención de evocar el potencial transgresor y provocador del jazz. Sin embargo, lo que verdaderamente provocó a los organizadores no fue ver a un muñeco de plastilina en cueros, sino comprobar que los otros cuatro vestían camisetas de Keler, Estrella Damm y otras cervezas.

Se fueron con su ruido a otra parte pero amenazaron con volver. Y hay quien dice que días después irrumpieron en el despacho del director del Heineken Jazzaldia para hacerle chantaje: o les buscaba un hueco en la programación o desvelarían que en la discoteca personal de Miguel Martín figuran abundantes vinilos de Julio Iglesias, Manolo Escobar y David Bisbal. Tan vil amedrentamiento parece haber funcionado porque todo apunta a que Plastilina Jazz Band actuará en el marco de esos novedosos conciertos secretos que salpicarán el cartel de la 45ª edición que comienza mañana.


JOVI JOVÁ. Con semejante nombre, es inevitable que los miembros del quinteto le digan: "Cada día desafinas más". Su aspecto afrancesado no es más que una engañufla porque la boina es de la firma Elosegui y el bigote postizo. Su contrabajo -negro porque en la librería no había plastilina marrón- tiene cuatro palillos en lugar de cuerdas, así que se pueden imaginar cómo suena...




BIG MAMA JOVI. Paradigma de la cantante calva, camuflada bajo un pelucón lila. Híbrido entre Tom Waits (por la voz de esparto) y Carmen de Mairena (el parecido es más que razonable), algunos afirman haberla conocido en los tiempos en que respondía al nombre de Ramón y conducía un camión cargado de bebidas alcohólicas. Los pechos, los labios, e incluso el micrófono, son postizos. La duda ofende.





JON ON JOVI. Se presenta como el único vasco de la banda que, para más inri y como buen perdedor, es seguidor txuri-urdin. Cambió su antiguo txistu por el saxofón que ganó en una apuesta. El instrumento le gusta sólo porque su diminutivo (saxo) le recuerda a aquello que nunca podrá tener.






JOVI WAN KENOBI. Se hace llamar el jedi de las baquetas, pero su arritmia es tan proverbial como su cabeza. Suele enfadarse porque el resto del grupo se niega a poner bote para comprarle un chaston, pero cuando realmente se cabrea es cuando alguien le llama cara caipirinha.






GASPAR MELCHOR DE JOVILLANOS. Apodado, por motivos obvios, Baltasar. Está cansado de que le pregunten "qué es esa mierda que le sale del sombrero" y "qué es esa mierda que sale de su trompeta". El caso es que su trompeta es, en realidad, una vuvuzela tuneada.





PD: Se aceptan donativos de la firma JOVI por la publicidad gratuita que contiene este post.

10 comentarios:

axier::auggie dijo...

Creo que si vuelven a aparecer por tu cocina, les debes un stop-motion, con música en playback aunque sea, y con palillos-piercing por el culo para aguantar posturas de yogui hindú entre cada fotograma.

el jukebox dijo...

Pero... lo de la discoteca de Miguel Martín ya se había publicado, ¿no? :-)

El Humilde Fotero del Pánico dijo...

Axier, no creas que no he pensado lo del stop motion... Si aparecen lo mismo me animo.

Juke, en el diario en el que trabajo no he leído nada. Habrá salido en el llamado otro-periódico-local... ;-)

Anónimo dijo...

Juan, están guays los muñecos, muy simpático el homenaje al cartel, Zorionak!

El Humilde Fotero del Pánico dijo...

Una pena, Anónimo, que no desveles tu identidad, pero ello hace más misterioso el piropo... ;-)
¡Gracias!

Anónimo dijo...

I would like to exchange links with your site foteropanico.blogspot.com
Is this possible?

Rafa dijo...

Hola humilde fotero del panico creo que tu eres el creador de estos muñecos,solo queria comentarte que he utilizado estos muñequitos para hacer un cartel para la 46 jazzaldia los vi por la red y me gustaron no creo que gane nada en el concurso puesto que soy un simple aficionado y no soy diseñador ni mucho menos y el cartel tampoco es nada del otro mundo, solo lo hize por probar,no se si estare incumpliendo alguna ley o que solo queria que tu lo supieras y por supuesto si algo gano que no creo una parte sera para ti,este es el cartel por si quieres verlo http://especiales.heinekenjazzaldia.com/permalink.aspx?i=852.
Un saludo y si quieres comentarme algo lo puedes hacer en el mismo cartel

El Humilde Fotero del Pánico dijo...

Hola Rafa. Respecto a lo que me has escrito en el blog, te diré que quizá no quebrantas ninguna ley, pero sí que es un poco extraño y feo que hayas utilizado las figuritas de plastilina sin haberme consultado previamente. No me parece correcto que te aproveches del trabajo ajeno ni que me des la noticia cuando ya has hecho y presentado el cartel. Esas cosas se consultan, porque si me hubieras preguntado, te habría dicho que no las utilizaras, ya que las usé para la portada de un suplemento.

Rafa dijo...

Ok te pido mil disculpas y ya lo se para otras veces y si es cierto que esta muy feo esto que he hecho si pudiera retirar el cartel lo retiraba ahora mismo, en fin lo dicho ojala ganara que no creo para poder compensarte,te vuelvo a pedir disculpas fue desde mi ignorancia

El Humilde Fotero del Pánico dijo...

Aquí dejo este enlace como recuerdo de un cartel en el que nunca debieron 'actuar' mis figuritas de plastilina.
http://img25.imageshack.us/i/carteljazz11102251721.jpg/