27 febrero 2011

Blue bluesman, un cuadro de Jon Arza

El bluesman azul

Ayer me dieron el que quizá sea el regalo más bonito que me han hecho nunca. Mi amigo Jon Arza me telefoneó con el falso pretexto de que necesitaba mi ayuda para bajar un mueble del trastero. Cuando subí las escaleras me encontré con este impresionante cuadro esperándome: un guitarrista negro actuando en un gran lienzo de 2 metros de largo por 1,35 de ancho. "Ahí tienes tu mueble", me dijo Jon mientras yo trataba de evitar que los ojos se me salieran de las cuencas.

Siempre había soñado con tener uno de esos músicos como compañero de piso, pero hace diez años, cuando Jon me ofreció cualquiera de los que guardaba en su trastero, yo no tenía pared donde colgarlos porque aún vivía en casa de mis padres. Cuando por fin llegó independence day resultó que los lienzos de mi amigo estaban ya repartidos y que él había dejado de pintar en formatos grandes. Afortunadamente, diez años después ha vuelto a mancharse las manos para crear una poderosa y colorista obra de esas que te permiten pasar horas observando sin dejar de descubrir nuevos matices, que es lo que yo llevo haciendo desde hace 24 horas.

El regalo, por tanto, es doblemente feliz: por un lado, por la ilusión que me hace este maravilloso cuadro que en unos días colgará en mi salón, y por otro, porque Jon ha vuelto a pintar, que es la actividad con la que más disfruta. Más incluso que con la escritura de ficción o el diseño, campos en los que es igualmente deslumbrante como pronto se descubrirá en la página de Sarcasmoon, su firma de imaginativas camisetas que en breve renovará la web. Mientras se seca el traje del bluesman azul (Blue bluesman es el título provisional) y éste se instala en mi casa, os dejo con algunos detalles del cuadro que permiten disfrutar mejor de él.

¡Eternamente agradecido, amigo Jon!

Esta vista general del trastero sirve para hacerse idea de las dimensiones del cuadro.

El rostro del guitarrista, pintado en expresionista clave goyesca.

El traje del guitarrista, tela encolada y pintada de azul, sobresale poderosamente del lienzo, dándole un relieve especial.

Restos de papel de periódico en la caja de la guitarra.

En algunas partes del cuadro se conserva el bosquejo inicial del cuadro.

Mi parte favorita del cuadro: el mástil de la guitarra se convierte en una explosión de música, con corchea incluida.

Las texturas de pintura enjabonada hacen que algunas partes parezcan pinturas abstractas que podrían funcionar como obras independientes.

Esta vista general del trastero sirve para hacerse idea de las dimensiones del cuadro.

La técnica empleada es tan mixta que incluso se pueden apreciar cáscaras de huevo en la cara del guitarrista.

El lienzo conserva marcas y texturas de una pintura que albergó hace muchos años y que se titulaba 'Naturaleza muerta en reposo'.

Colocado en el salón, el cuadro ha quedado así de majestuoso.

1 comentario:

ainhoa dijo...
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