Wake Up Ready to Love
¿Qué habría ocurrido si media Donostia no hubiera asistido el jueves al concierto de Beach House en Biarritz? Probablemente, el promotor habría pinchado estrepitosamente porque la proporción de público era, a ojo de buen cubero, un 70% de giputxis frente a un 30% de los llamados vascos de Iparralde. Impresionante. Tanto que, como repetía tout le monde, aquello parecía Jareño, recinto donostiarra en el que el grupo, que por contrato solo ha podido ofrecer en el Estado Español una actuación en el Primavera Sound, habría conseguido sin duda un rotundo sold out. Realmente, la sala L’Atabal guarda un asombroso parecido físico con Gazteszena, aunque vale, aquí no pinchan La leyenda del tiempo de Camarón antes de empezar el bolo ni un camarero con aspecto de samoano de dos metros de estatura te sirve cerveza en vasos reutilizables como si fuera la feria de Santo Tomás. Por lo demás, el auditorio de Biarritz parece tener mejor acústica que el donostiarra, al menos a juzgar por las melancólicas melodías de los estadounidenses, que sonaron pulcras y cristalinas.
La misteriosa iluminación y un bonito efecto de cielo estrellado contribuyeron a darle un tono aún más onírico a la función, que contó con una sencilla pero resuelta escenografía: una especie de palets o somiers colocados al fondo del escenario que filtraban o reflejaban los haces de luz creando un impactante juego de claroscuros. En lo musical, ya se sabe, la propuesta es simple: una voz femenina con delay, teclados vaporosos, una guitarra eléctrica que va desgranando riffs delicados y evocadores, y una batería que late poderosa como única base rítmica. Una apuesta que, no por sencilla, resulta menos emocionante, sobre todo si uno logra entrar en el juego sin exigir demasiadas explicaciones, tal y como sucede con esos sueños placenteros que no se pueden explicar de manera racional.
Beach House proviene de Baltimore -ciudad que fue tumba de Edgar Allan Poe y sirvió de escenario a una de las mejores series televisivas de todos los tiempos: The Wire-, pero la cantante Victoria Legrand aprovechó su origen francés -es sobrina del compositor Michel Legrand- para presentar varias canciones en el idioma de Serge Gainsbourg. A los amantes de los setlist les gustará saber que predominaron los temas de sus dos últimos discos (el imprescindible Teen Dream y el reciente Bloom) y que comenzaron con Wild, Norway y Other people para continuar con Zebra, Gila y otras canciones que aparecen en este papel que la compañera @Loandthe_Loquer se agenció al final del concierto, que concluyó con la explosiva y desmelenada interpretación de Irene. Atención a la dedicatoria: “If you go to bed mad, wake up ready to love”. Pues eso, habrá que aplicarse el cuento…
(Publicado en el blog de Mirarte, la sección de Cultura del diario Noticias de Gipuzkoa)
Antes de echar un vistazo a las fotos, podéis deleitaros con este vídeo del concierto rescatado (perdón por el término) de la página de orphangirl, que también incluye una crónica de Biarritz. Mila esker!!!
Myth > Beach House (Biarritz) from orphangirl on Vimeo.
4 comentarios:
"IF you go to bed mad..." es lo que dice la dedicatoria.
Cierto, cierto.
¡Corregido!
Eskerrik asko!!!
Nice ;)
Mila esker, orphangirl!
Ya he enlazado tu vídeo.
¡Bonito recuerdo!
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