11 abril 2008

Rosendo Mercado: Otra noche sin dormir (III)


"Vivimos de la música sin alharacas ni parafernalias"

A sus 54 años, Rosendo, perro viejo del rock and roll patrio, se muestra expectante ante una experiencia que para él también es una "incógnita". En la gira junto a Barricada y Aurora Beltrán, el madrileño actúa con sus habituales, Rafa J. Vegas al bajo y Mariano Montero a las baquetas

Luego de 30 años de carrera y casi 20 álbumes en solitario, el antiguo líder de Leño es dueño de una de las carreras más sólidas del rock español. El año pasado seguía quemando madera con su último disco, El endémico embustero y el incauto pertinaz , y ahora comparte escenario con sus admirados Barricada y Aurora Beltrán.

¿No le da apuro a un madrileño de Carabanchel actuar entre tanto pamplonica?

No, no. Al revés. Siempre he tenido una relación cojonuda con ellos, con Pamplona y con Euskadi en general.

¿Había participado en una gira conjunta similar?

A este nivel no. En la época de Leño estuvimos girando con Miguel Ríos, pero íbamos como invitados, sin grandes responsabilidades. Hace unos años también hicimos algo con los Ilegales, pero la cosa no cuajó y suspendimos después de dos bolos.

¿Las giras conjuntas son un modo de hacer frente a la crisis de la industria o de combatir la monotonía?

No me he plantado ninguna de esas cosas. Sólo sé que me apetecía tocar con Barricada, que es gente que me cae muy bien y con la que había perdido el contacto.

¿Les considera sus alumnos más aventajados?

Ellos suelen decir que lo son, porque cuando empezaron les gustaba mucho Leño, y quizá aquella fórmula les inspiró. Yo siempre me he identificado con su espíritu callejero, con el guitarreo y las letras comprometidas. Nuestra filosofía es un poco la misma: vivimos de la música sin alharacas ni parafernalias... Somos currantes de la música, nos gusta lo que hacemos y lo hacemos con la máxima honradez.

El Drogas le llama a usted El Jefe.

(Risas) Sólo sé que soy el más viejo, y no sé si tengo categoría para dirigir ninguna historia, pero por antigüedad me ha tocado. Aunque ya no es como antes, la vida en la carretera hace que afloren los achaques y yo ya estoy en la cincuentena mediada. No sé cuánto me quedará en activo, pero sigo haciendo lo que me gusta. Desde luego, ganas e ilusión no me faltan, y además, el rock es mi forma de vida. Tampoco me puedo permitir muchos lujos: hay que currar hasta que el cuerpo aguante, pero con medida.

¿No le apetece hacer una revisión acústica de sus temas como hizo Barricada en 'Latidos y mordiscos'?

Estuve decidido a hacerlo hace unos años, pero todo el mundo se apuntó a la moda y se me quitaron las ganas. Además, me he dado cuenta de que no es lo que me gusta, y no estoy preparado para ello.

Entonces es usted de los que necesitan la electricidad como el respirar.

Necesito el sonido de mi guitarra eléctrica, que arropa bien mi voz. Eso no quita para que en la gira hagamos dos o tres temas acústicos.


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