20 enero 2009

Bicentenario de Edgar Allan Poe


El aniversario del nacimiento de Edgar Allan Poe ha propiciado que
El Humilde Fotero del Pánico cambie la cámara de fotos por el lápiz y el rotulador para presentar, por primera vez y sin que sirva de precedente, un dibujo perpetrado por él mismo. Por el mismo precio os adjunto el reportaje sobre el escritor maldito...


Dos siglos con Poe

LAS biografías y reediciones motivadas por el bicentenario de Edgar Allan Poe pueden ser la excusa perfecta para descubrir -o reencontrar- los inmensos ojos de Ligeia y los blancos dientes de Berenice; adentrarse en el reino junto al mar de la hermosa Annabel Lee y transitar por una oscura bodega en busca de un barril de amontillado: para sentir el miedo al entierro prematuro o sufrir alucinaciones provocadas por el opio; para recorrer las estancias de la lúgubre mansión de Roderick Usher, sentir la maléfica presencia de cuervos y gatos negros o para ser deslumbrado por la lógica analítica del chevalier Auguste Dupin.

Resulta más que obvio aseverar que la sombra de Poe, de cuyo nacimiento acaban de cumplirse dos siglos, es alargada. Pero la afirmación no puede ser más atinada. Baudelaire, que le idolatraba hasta lo indecible, aseguraba de él que "ningún hombre ha contado con semejante magia las excepciones de la vida humana y la naturaleza". Conan Doyle se preguntaba "dónde estaba la literatura policiaca antes de que Poe le insuflara el aliento de vida" y H.P. Lovecraft lo ensalzaba como fundador de "un nuevo modelo de realismo en los anales del horror literario". Son sólo algunos de los infinitos elogios que insignes autores han vertido sobre el más maldito de los escritores malditos, el hombre que elevó el relato de horror a la categoría de arte e impulsó géneros como la literatura policiaca o la ciencia ficción.

INFANCIA
Una vida novelesca

Edgar Poe, hijo de una pareja de actores, nació el 19 de enero de 1809 en Boston. Su padre no tardó en morir -o abandonarle- y su madre falleció de tuberculosis cuando él aún no había cumplido tres años. Poco podía imaginar entonces el pequeño Edgar que la figura de una mujer fallecida prematuramente se convertiría en uno de sus principales recursos argumentales.

Una acaudalada familia de Richmond (Virginia) lo acogió en su seno y le prestó su apellido -Allan- aunque no llegara a adoptarlo legalmente. Durante su infancia mostró interés por la poesía y en su breve época de universitario se agravaron las desavenencias que siempre tuvo con su padrastro, que se negó a seguir subvencionando la vida disoluta del joven. Quizá para intentar apartarse del juego y el alcohol ingresó en el Ejército y estudió un tiempo en la academia militar de West Point. Sus biógrafos fijan el inicio de su carrera literaria en 1827, año de la publicación de Tamerlane y otros poemas .

Retomó el contacto con su familia biológica y vivió un tiempo en Baltimore con su querida tía Mary Clemm. En la siguiente década comenzó a publicar relatos que cimentaron su fama como escritor. En 1835 se casó con su prima Virginia Eliza Clemm, la hija de su tía Mary: él tenía 26 años y ella sólo trece. Trabajó como crítico y periodista en distintas publicaciones, de alguna de las cuales fue expulsado por sus problemas con la bebida. En 1838 su única novela, Las aventuras de Arthur Gordon Pym , alcanzó un gran éxito, y poco después vio la luz el volumen Cuentos de lo grotesco y arabesco , que incluía algunas de sus mejores piezas como La caída de la Casa Usher o Ligeia , su preferida.

ÚLTIMOS DÍAS
Muerte de un inmortal

En 1842 su esposa sufrió los primeros síntomas de la tuberculosis que cinco años después terminó con su vida y apresuró su caída al abismo. "Mis enemigos atribuyeron la locura a la bebida en lugar de atribuir la bebida a la locura", decía el autor que, pese a todo, conoció entonces lo más parecido a la gloria literaria con el poema El cuervo. Tras la muerte de Virginia quedó más desorientado que nunca. El 3 de octubre de 1849 vagaba errante por las calles de Baltimore, donde según la biografía de Julio Cortázar, pudo ser engañado por unos truhanes que lo emborracharon para hacerle votar en más de un comicio. Su frágil salud no soportó el mazazo del delirium tremens y sus visiones. "Que Dios ayude a mi pobre alma", aseguran que dijo antes de morir para vivir eternamente en la posteridad.

Es posible que hoy se repita una tradición que, según dicen, comenzó en 1949. Todas las madrugadas del 29 de enero una mano invisible coloca media botella de coñac y tres rosas rojas sobre la tumba de Edgar Allan Poe en Baltimore. Un homenaje con tintes de leyenda urbana que bien podría haber sido concebida por la inmortal pluma del malogrado escritor.


Su indeleble huella en el cine

Ya en los tiempos del cine mudo se encuentran los rastros de la obra de Edgar Allan Poe, aunque hasta los años 30 Bela Lugosi y Boris Karloff no realizan las primeras contribuciones destacables en adaptaciones como Satanás (1934) y El cuervo (1935). El maestro de la serie B, Roger Corman, firmó un ramillete de películas tan notables como La caída de la Casa Usher (1960), El péndulo de la muerte (1961), La obsesión (1963) o La tumba de Ligeia (1964), muchas de ellas protagonizadas por el ilustre Vincent Price. En España directores como Jesús Franco o Narciso Ibáñez Serrador han revisitado a Poe. Tinieblas González adaptó El cuervo en un cortometraje y Raúl García recreó El corazón delator en dibujos animados. La serie Los Simpsons y Tim Burton también han recurrido a Poe en más de una ocasión >j.g.a.

Su interminable estela en la música

La obra del artista estadounidense sirvió de inspiración y materia prima tanto a compositores clásicos como Rachmaninov o Debussy como a autores más cercanos en el tiempo. En Like Tom Thumb's Blues Bob Dylan mencionaba la calle Morgue de Poe, que también empleó en otra canción el grupo Iron Maiden. The Beatles colocaron un retrato del escritor entre las muchas celebridades que ilustraron su álbum Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band y mencionaron su figura en la canción I am the Walrus . El poema Annabel Lee , cumbre poética de Poe junto a El cuervo y Ulalume , ha sido transformado en canción por artistas tan dispares como Joan Baez, Silvio Rodríguez y Radio Futura. Uno de los homenajes más recientes es The Raven , disco conceptual que Lou Reed grabó en 2003. >j.g.a.

Su influjo en la literatura

Decía Borges -el otro argentino que, junto a Cortázar, más admiró al estadounidense- que "la literatura actual es inconcebible sin Walt Whitman y sin Poe", uno de los autores con más predicamento en la literatura del último siglo y medio. En lo referido a sus compatriotas, es más que evidente la influencia que ejerció en escritores como Ambrose Bierce, H.P. Lovecraft o incluso Ray Bradbury, maestro de la ciencia ficción. Difícilmente podría entenderse la obra de sir Arthur Conan Doyle y un personaje como Sherlock Holmes sin el influjo de Los crímenes de la calle Morgue (1841), El misterio de Marie Rogêt (1842) y La carta robada (1844), los tres relatos protagonizados por el investigador Auguste Dupin.Tampoco es difícil advertir la influencia de Edgar Allan Poe en obras como El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde , de R.L. Stevenson, y El retrato de Dorian Gray , de Oscar Wilde. Baudelaire fue el autor galo que más admiración profesó al escritor norteamericano junto a Stéphane Mallarmé, que lo consideraba "el dios intelectual de nuestro siglo". Julio Verne, por su parte, firmó una continuación de Las aventuras de Arthur Gordon Pym titulada La esfinge de los hielos . Rubén Darío le declaró "príncipe de los poetas malditos", mientras que el primer mandamiento de Horacio Quiroga reza: "Cree en un maestro -Poe, Maupasssant, Kipling, Chéjov- como en Dios mismo".

2 comentarios:

Eric dijo...

Muy interesante, fotero. Y un gran descubrimiento lo de tus dotes para el dibujo. Curiosamente, llevo meses viendo un ejemplar de las Aventuras de Arthur Gordon Pym en castellano abandonado en una estantería de la oficina. Un día de estos me lo llevo.

luisgc1310 dijo...

Es para mi tan impresionante que Allan Poe haya influido tanto en otros personajes de la literatura no cabe duda de que Edgar Allan Poe sigue siendo el Padre de la literatura es para mi el mejor escritor que haya leido sin duda alguna.