14 mayo 2011

Concierto de Maika Makovski, Ainara LeGardon y MobyDick


Aullidos

LA del jueves fue noche de lobos en Gazteszena, la guarida que albergó uno de los carteles más redondos y notables de los últimos meses. El primero en aullar fue el getxotarra Eneko Burzako, nombre de pila de MobyDick, el songwriter del momento. Las canciones de su única maqueta -And then she became God's friend (2009)- le encogen a uno las tripas y el corazón, y la sensación se multiplica en directo cuando la guitarra le sume en una especie de trance y su voz se convierte en un lamento ronco y visceral, casi chamánico. No hay impostura ni falsa pose, sólo un puñado de emocionantes melodías y versiones de temas como Old Man (Neil Young), I See A Darknees (Bonnie Prince Billy) y Venus in Furs (Velvet Underground).

Los siguientes aullidos corrieron a cargo de otra vizcaina, en este caso afincada en Madrid, que debería visitar más a menudo estos pagos. El intensísimo rock gutural de Ainara LeGardon convirtió la sala en una olla a presión, especialmente cuando tocó acompañada solo por un batería de espectacular pegada. Ainara se desgañitó, rasgó con furia su eléctrica y sus botas negras repartieron patadas voladoras en un palpitante concierto que, para muchos, fue la sorpresa de la velada.

Pero faltaba por salir Maika Makovski, que aulló como si hubiera luna llena. También maulló, cuando fue necesario, en las piezas delicadas, aunque en general su sonido fue urgente, crudo y muy enérgico, gracias al buen hacer de una superbanda -Oskar Benas, David Martínez y Juan Carlos Luque- que aportó mil y un matices sonoros a la versátil voz de la sexy mallorquina.

Los tres protagonistas, por supuesto, no aullaron en soledad: tuvieron siempre la complicidad del público, que participó eufórico y jubiloso de un aullido divertidamente colectivo.

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