23 enero 2012

Resumen del Dock of The Bay


'Top' of the Bay

DOCK of The Bay, la muestra de cine documental musical, cerró el domingo su quinta edición con un balance muy positivo y un notable aumento del número de espectadores. Así lo reconocía ayer Eva Rivera, responsable de Qualia, entidad que organiza el certamen con el apoyo de Donostia Kultura. Si los cines Trueba se han estrenado colgando el cartel de "No hay entradas" en todas las sesiones, el Teatro Principal, que solo acogió los tres pases del sábado, también ha tenido "aforos considerables". Rivera tiene la impresión de haber atraído a nuevo público y confía en que, pese a las "limitaciones" de financiación, la muestra siga siendo "independiente" y se convierta en "un minifestival de referencia y calidad en Euskadi". Así, contempla la posibilidad de "pensar" en nuevos apartados y crear "una sección competitiva".

...Y CONCIERTOS
Películas...

Talihina Sky: The Story of Kings of Leon desveló la magnífica historia de los orígenes familiares de la banda de Oklahoma. La cámara rastrea el pueblo sureño de los Followill y dibuja, en clave de gótico americano, el retrato de una prole excéntrica y terroríficamente religiosa, con pastores de iglesia alcohólicos, madres que hablan con Dios y rednecks que parecen extras de la película Deliverance.

Pese a su condición de producción modesta, Quiero tener una ferretería en Andalucía es un jugoso documento que presta voz a los grandes y muchos amigos que Joe Strummer hizo en el sur español: le sobran anécdotas desternillantes y buenas intenciones pero le faltan imágenes de archivo y canciones originales del exlíder de los Clash. Tampoco es redondo ni cuenta con testimonios directas de sus protagonistas The Sacred Triangle: Bowie, Iggy & Lou 1971-1973, que se pierde en disquisiciones historicistas y farragosas, además de presentar teorías dudosas e injustas sobre la importancia de tres vacas sagradas del rock.

La sorpresa de la muestra fue The Black Power Mixtape 1967-1975, una cinta que tiene poco de musical pero mucho de excelente documental. Con gran pulso, este filme imprescindible desvela abundante metraje inédito que unos cineastas suecos rodaron en nueve años de nacionalismo negro. Asimismo, Next Music Station: Morocco, de Fermin Muguruza, está lejos de la excelencia de su ópera prima, Checkpoint Rock, pero despierta el ansia de conocer el resto de los documentales sobre las músicas de los países árabes que el irundarra ha dirigido para la cadena Al Jazeera. Y Queen-Days of Our Lives fue el entretenimiento perfecto para el sábado noche, con profusión de declaraciones e imágenes de archivo y la gente batiendo palmas al ritmo de los éxitos más conocidos del grupo del carismático Freddie Mercury.

En la última jornada, el luminoso documental Toots and The Maytals-Reggae Got Soul acentuó el papel del jamaicano como excelente e irresistible soul man, mientras que Last Days Here sobrecogió con un terrible relato de redención, rock duro y drogadicción de Bobby Liebling, cantante del grupo Pentagram. Una historia tan tremenda, emocionante e insólita que parece inventada.

En lo que se refiere a los conciertos, Gazteszena recibió el jueves a Rafael Berrio, que avanzó algunos temas de su inminente nuevo disco -La alegría de vivir, Santos mártires yonquis y Mi reputación- y, obligado por un fallo técnico, terminó recitando la hermosa Cómo iba yo a saber. Le relevó el yanqui John Doe, que con su formidable voz impartió una solvente lección de folk rock en la línea de músicos como John Hiatt.

Además, el público de Le Bukowski sudó y bailó a rabiar el sábado con el country gamberro y espídico de Slim Cessna's Auto Club, un sexteto de cuatreros de Denver también muy redneck. Menciones especiales para los gestos y coreografías de los dos vocalistas desbocados, para el impasible teclista en chándal y para la guitarra de dos mástiles con la imagen de la Virgen del Inmaculado Corazón. Impagablemente divertido.


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