17 febrero 2012

Concierto de Sidonie en Gazteszena


Fluidísimo directo

Fecha y lugar.
27/01/2012. Sala Gazteszena. Donostia. Intérpretes. Marc Ros (voz y guitarra), Jesús Senra (bajo), Axel Pi (batería), David T. Ginzo (guitarra y teclados). Teloneros. Garamendi y Vanpopel.


De
los más solventes de Irun a Tarifa o la isla del Hierro. El directo de Sidonie engancha y contagia desde los primeros acordes. Da lo mismo, como es el caso, que quien les escuche no tenga ninguno de sus discos o que solo sepa de ellos cuando les ve en concierto. Poco importa no conocer más que de oídas esos éxitos que hordas de fans canturrean desde la primera hasta la última letra. Una actuación de Marc Ros, Jesús Senra y Axel Pi se sostiene por sí sola y constituye un chispeante divertimento.

El circuito Donostikluba devolvió el viernes a los catalanes a una Sala Gazteszena donde actuaron en formato de trío más uno. El guitarrista y teclista invitado David T. Ginzo y su indómito flequillo fueron precisamente los encargados de abrir paso a los protagonistas de una noche que habían inaugurado con buen gusto los teloneros Vanpopel y Garamendi. No llegamos a tiempo para disfrutar de su música, pero sí para comprobar que el último álbum de Sidonie, El fluido García, supone en efecto un retorno a los ritmos psicodélicos de los inicios de su carrera, emprendida hace ya quince años.

Entre otras, sonaron, a todo trapo, A mil años luz, Perros, Bajo un cielo azul (de papel celofán) o la terriblemente lisérgica Por el bosque. De trabajos anteriores no olvidaron canciones como Costa azul, Los olvidados o la solicitada Giraluna, que Marc Ros interpretó en solitario, a capella y paseando entre los espectadores que le hicieron los coros. Hubo un set semi-acústico que no mantuvo mucho tiempo sentados en sus banquetas a los miembros de Sidonie, que no solo manejan a la perfección el aspecto musical con ese toque de rock a caballo entre lo vintage y lo modernete (como las alfombras desplegadas por el escenario); también demuestran un gran control del factor lúdico.

Desde el guiño -muy probablemente improvisado- al Another one bites the dust de Queen y la recuperación del sitar para interpretar la añeja Sidonie goes to Varanasi, hasta el numerito de las piernas de un maniquí con sintetizador incorporado y la sesión percutiva de Axel Pi encaramado al bombo de su batería. Solo les faltó bajar del escenario y despedir la actuación, como en 2008, cantando a pelo Todo lo que nos gusta.


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