09 febrero 2007

Howe Gelb regresa a Euskadi

Desde Tucson con amor



Su actuación del pasado julio en la playa de la Zurriola (en la imagen) fue un comienzo inusual pero inmejorable para el Jazzaldia donostiarra. Ahora Howe Gelb vuelve a Gipuzkoa sin el coro gospel que lo acompañó en su visita a Donostia. Este domingo desembarcará en Zarautz para ofrecer un concierto en el que sólo empleará su piano y la guitarra. Si El Humilde Fotero del Pánico lo consigue, utilizará su réflex para captar a Gelb en acción.


HOWE GELB (Músico)

"Sigo buscando un reto que me detenga pero aún no puedo parar"

Howe Gelb llega este domingo a Zarautz ligero de equipaje, con un piano, una guitarra y su sola presencia sobre el escenario. Será a partir de las 20.00 horas, en el Gazteleku, donde actuarán como teloneros Young Talent Show, formación vasca que factura canciones intimistas de folk americano

Por Juan G. Andrés

DONOSTIA. Alguien lo definió una vez como uno de los artistas estadounidenses más inventivos de las últimas dos décadas. Dicen también que tiene la dicción de Lou Reed, la entonación de Bob Dylan, el riesgo de Tom Waits, la libertad de Thelonious Monk, el sentimiento de Hank Wiliams y el ingenio de Groucho Marx. Quizá lo único cierto sea que lleva 25 años sobre las tablas y más de 30 discos a sus espaldas. El líder del grupo Giant Sand, simpar embajador de Tucson (Arizona), protagoniza estos días una gira en solitario que comenzó el sábado en Madrid, prosigue hoy en Córdoba, recala mañana en Muskiz y concluye el domingo en Zarautz.
Usted inauguró el pasado Jazzaldia con un concierto en la playa de la Zurriola. ¿Recuerda la actuación?
Fue un día magnífico. Ante mí tenía una gran vista y el coro de gospel con el que actué también se mostró encantado. Eso me hizo más feliz a mí. Además, Dr. John tocó después de nuestro concierto. Fue fantástico.
Entonces compartió escenario con unas quince personas y el domingo estará solo. ¿Hay mucha diferencia?
Creo que existe un gran sonido melancólico que únicamente puedes conseguir cuando tocas solo, pero también hay una celebración sonora que sólo es posible si tocas con mucha gente. Estoy convencido de que ambos sonidos se necesitan mutuamente.
¿Pero cuál prefiere?
El sonido que esté creando en cada momento.
¿Y qué tipo de música escucharemos en la actuación del domingo?
Viejas y nuevas canciones y temas que ni siquiera están escritos.
¿Y piezas de Giant Sand?
Por supuesto.
¿Alguna versión? Acostumbra a revisitar a autores como Neil Young, Lou Reed o Frank Sinatra.
Quizá suene algo de Nina Simone...
¿No puede avanzar nada más sobre el concierto de Zarautz?
Podría traer mala suerte sugerir que sé algo acerca del futuro, pero prometo que esa noche tendréis la posibilidad de escuchar algunas canciones.

Dicen que todas sus actuaciones son diferentes. ¿Es cierto?
A mí al menos me lo parecen.
La sala donde va a tocar es pequeña. ¿Eso le motiva? ¿Le gusta sentir que el público está cerca?
Me gusta la intimidad que surge en algunos conciertos. Ello te permite hacer un tipo de música que es imposible crear en grandes eventos.
¿Cuándo grabará un nuevo álbum con Giant Sand?
Ya he grabado otro disco de Giant Sand, pero aún no sé cuándo será editado.

¿Y podría avanzar si John Convertino y Joey Burns, actuales líderes de la banda Calexico, volverían a unirse al grupo para la gira de presentación del disco?
Hace casi diez años que John y Joey no están en Giant Sand. Fue divertido durante un tiempo pero después dejó de serlo. Pero conocí antes a John y he tocado más con él que con Joey. Yo sólo los presenté en Giant Sand y les conduje a Tucson. Supongo que ahora se estarán divirtiendo. Es duro hablar de ello.
Ambos músicos han declarado en alguna ocasión que los europeos entienden mejor la música de Calexico que los estadounidenses, que sólo se fijan en los mariachis y las trompetas.
Después de muchos años en Giant Sand, Joey comenzó a hablar en ciertos términos que soy incapaz de comprender.
¿Pero usted cree que en Europa entienden mejor su música?
Lo que yo creo es que la música norteamericana es principalmente música europea mezclada y convertida en algo que puede resistir las carencias de la música de Estados Unidos, un país relativamente joven. Pero cuando una música sobrevive a eso, se convierte en algo vital y lleno de espíritu. Como el jazz, el blues, el country o el rock, e incluso el punk. Pero esas raíces descansan en Europa, África y Latinoamérica.
No es la primera vez, y seguro que tampoco la última, que visita el País Vasco. ¿Le gusta esta tierra?
Me gustan mucho las vibraciones que hay en el País Vasco. Se respira cierto espíritu que me hace sentir bien. Además, nunca lo he pasado mejor bailando como con la música que se toca con ese acordeón vasco... ¿Cómo se llama? ¿Tricky-T-Shirt?

Trikitixa.
Eso, trikitixa. Tiene un ritmo feroz. También me gusta la música de Ruper Ordorika.
Recientemente ha grabado un disco con un grupo en Austria. ¿Podría contar algo sobre el proyecto?
Lo he grabado con un grupo, Radian, que toca lo que yo llamo música molecular. Crean un sonido que se encuentra entre moléculas. Tampoco sé cuándo lo publicaremos...
Y Fernando Vacas (Flow, Prin La La) le ha invitado a grabar otro álbum en Córdoba con un grupo de músicos gitanos.
Ahora mismo estoy en Córdoba. Esta ciudad está hecha de música. Se respira en todas partes, en todos los rincones de la casa, también en mis sueños. Me despierto agotado.
¿Y qué hay de su nuevo disco de piano solo?
Me estoy tomando mi tiempo para hacer un muy buen disco de piano. Casi estoy dejando que se haga solo, sin prisas. Estoy recolectando piezas en todos los lugares por los que paso. Quizá encuentre algunas aquí también... De hecho, ahora mismo están afinando el piano... (ríe)
Al observar lo heterogéneos que son sus proyectos, parece que no se asusta ante nada. ¿Es el riesgo su modo de vida musical?
Sigo buscando algún reto que me detenga, pero aún no puedo parar. Quizá lo haga pronto...

En ‘El último vals’, película en la que Martin Scorsese filmó el concierto de despedida de The Band, Robbie Robertson aseguraba que la carretera había sido su escuela, pero que no soportaría otros veinte años de giras y conciertos. “Es un estilo de vida imposible”, decía. ¿Lo es para usted, que lleva ofreciendo conciertos desde los 80 y tiene más de 30 discos?
Robbie salió demasiado pronto. Su banda era magnífica y la echo de menos. Pero creo que todos fueron menos felices al separarse de lo que lo habrían sido si hubieran seguido adelante. Lo realmente imposible es tener una banda y una familia al mismo tiempo. La cosa tiene truco.
¿Qué ve cuando mira al futuro?
Ahora mismo ya estoy en el futuro. ¿Qué puede decir cualquiera acerca del futuro? A mí me gusta aparcar el futuro hasta mañana.



Entrevista publicada el 9 de febrero de 2007 en el diario Noticias de Gipuzkoa.





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