12 febrero 2009

Concierto de Tindersticks en el Victoria Eugenia



Amar duele

Por ASIER LEOZ

Fecha y lugar.
19/02/09. Teatro Victoria Eugenia. Donostia. Tindersticks. Stuart A. Staples (voz, guitarra, maracas), Dan McKinna (bajo), Neil Fraser (guitarra), David Boulter (teclados), Terry Edwards (saxo, trompeta), Andrew Nice (cello), Earl Harvin (batería). David Kitt. El músico irlandés hizo las veces de telonero con el único acompañamiento de su voz, una guitarra acústica y otra eléctrica y su máquina de programaciones. Incidencias. Asistieron unas 800 personas y el concierto duró dos horas y media con un descanso de 25 minutos.

DeSDE
el comienzo de la actuación del martes de Tindersticks, pudo advertirse que habría quintales de sentimiento vertidos en las butacas del teatro Victoria Eugenia. Poses dramatizadas, que no impostadas, por una voz tan especial como la de Stuart A. Staples, el vocalista de la reverberación incorporada. Historias de amor magullado y de pérdida, como sugiere esa sierra de la portada de The Hungry Saw, atravesando un corazón. Elegancia en la derrota y un protagonista casi siempre ausente de la narración, alguien que estuvo, pero ya no está. Entregado, inmerso en cada una de sus canciones, el músico inglés hizo vibrar al público casi tanto como lo hacen sus cuerdas vocales, aproximándose a ratos a Leonard Cohen. Danzando, sí, hasta el final del amor.

La actuación empezó encadenando hasta siete temas pertenecientes al último disco de Tindersticks, el primero que la banda de Nottin- gham publica en un intervalo de cinco años. Así, Introduction , bellísima elegía para piano y lluvia, abría el camino para que la sucediese, brillante, Yesterdays, tomorrows, ya con un canoso Staples en escena, camisa de cuadros y ajada chaqueta sin abrochar. El efecto que produce la escucha de ambos temas es asombroso; suena Yesterdays, tomorrows y parece que siempre ha estado en nuestra mente, ya que la melodía que nos había anticipado en solitario el piano sólo unos minutos antes permanece. Más intensa, más adornada, pero sigue siendo la misma. Staples habla sobre el paso del tiempo, sobre eso de hacerse viejo, algo recurrente en sus canciones.

Poco después sonaba una reciente composición sencillamente irresistible, The Flicker Of a Little Girl, durante la cual quedó patente que la cuidada orquestación sería el mejor aliado posible para la voz dolby surround de Staples. En formación de septeto, cada miembro hacía exactamente lo que debía para contribuir a ese "sonido Tindersticks" con denominación de origen. Ausentes algunos clásicos como Buried Bones o Travelling Light, sí que pudimos celebrar una hermosa lectura de Patchwork y otra de Her, muy mejorada con los fraseos de trompeta, que nos hizo dudar si los Calexico se habrían quedado a vivir en el teatro donostiarra tras su concierto de enero.

Arrebatador y montaraz, el tema cuyo grueso riff de guitarra hizo bailar al vocalista británico parecía sonar directamente desde el far west , versión Almería. Rota, descoyuntada, Mother dear era surcada por los guitarrazos a contratiempo de Neil Fraser, que minutos después se volvían delicadeza pura cuando la que sonaba era Boobar came back to me , otra composición reciente a la que es difícil no rendirse sin condiciones. Tras el amago de despedida de rigor, My sister , tema casi hablado, cerraba con gravedad una velada en la que, al final, todo lo anterior cobraba sentido. Incluso esa versión de Teardrops (Womack & Womack) en clave de Lambchop con la que el locuelo telonero David Kitt nos había regalado un par de horas antes regresaba a la mente con inusitada crudeza: "Me vengo abajo y lloro / la próxima vez seré sincero".


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Jolín, seguro que Leoz tiene el lagrimal seco despues de no pestañear durante 2 horas

Mierda, siempre llego tarde a robarte las fotos! :D

Anónimo dijo...

El mejor, David Kitt. Con ese apellido, ¿qué menos se podía esperar?

Anónimo dijo...

Como te lo montaste para sacar las foutos en el V.E.? Para 4 fotos que saco desde la platea van y me pegan el toque!

p.d: el concierto, como un terron de azucar. Lastima que no tocaran temas antiguos.

El Humilde Fotero del Pánico dijo...

Señor amor: Efectivamente, el señor Leoz lloró como un condenado... Es un gran sentimental...

Anónimo I: Intuyo que eres Erre por tu guiño al carricoche fantástico. Amenazo con colgar alguna instantánea de ese frikiautor llamado David Kitt.

Anónimo II: A mí también me abroncaron por afotar desde la platea... Pero me dio tiempo a sacar las mejores fotos. Había una luz impresionante, nada que ver con la que había en los tres primeros temas en los que permitieron trabajar a los fotógrafos...

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo en tu comentario!!

La luz fue a mejor a medida que pasaban los temas.

Lastima que con mi S5 las pocas fotos que tengo aparecen con un ruido muy malo.

p.d.: sigue sacando fotos en los bolos para alegria de nuestros ojos, please!!