Ann Hampton Callaway, Popa Chubby y Gotan Project
SKA CON DENOMINACIÓN DE ORIGEN Y 'ELECTROTANGO'
(publicado el 25 de julio de 2007)
La Jazz Band Ball de anoche fue un auténtico crisol de estilos musicales y de intérpretes llegados de las más diversas partes del planeta. Las propuestas que mayor número de adeptos congregaron fueron las programadas en el Escenario Verde de la Zurriola, donde los jamaicanos de The Skatalites ofreció su ración de ska con denominación de origen y Gotan Project acercó el tango y otros ritmos tradicionales argentinos a la música electrónica.
ska, ska, ska Más de 40 años avalan la trayectoria de una formación que se vanagloria de haber inventado los ritmos que siempre se asocian a la isla que vio nacer a Bob Marley: "El ska, el rock steady el reggae. Todo ello comenzó con The Skatalites, la banda más grande de Jamaica", dicen ufanos. El grupo saltó ayer a la arena de la Zurriola para dejar patente por qué la sombra que proyecta es tan alargada que llega desde su fundación a principios de los 60 hasta nuestros días.
La formación original de The Skatalites sólo duró 18 meses: el grupo se disolvió en 1965 después de que su líder, el legendario trombonista Don Drummond, asesinara a su novia y fuera internado en un manicomio donde falleció poco después. Desde entonces el grupo se ha reunido en numerosas ocasiones aunque hoy día sólo quedan tres de sus miembros fundadores: el batería Lloyd Knibb, el saxofonista Lester Ska Sterling y la vocalista Doreen Shaffer.
Acompañados por nuevos jóvenes y no tan jóvenes integrantes, los jamaicanos lograron de inmediato la complicidad de los espectadores que danzaron al ritmo frenético y sincopado que marcaron los jamaicanos. El buen rollo, las camisetas con la bandera de Jamaica y el suave aroma a marihuana presidieron una actuación en la que no faltaron clásicos como Latin goes ska, Guns of Navarone y una versión habitual de su repertorio, Rivers of Babylon , con la que estalló el frenesí del público.
No es baladí la inclusión de The Skatalites en el programa de un festival como el donostiarra, ya que los miembros originales de la agrupación obtuvieron su formación gracias a la fusión de la música caribeña con los ritmos que practicaban los intérpretes de jazz de la isla.
Esa influencia se apreció, sobre todo, en los solos de viento que salpicaron las distintas piezas que con juvenil desenfado interpretaron estos viejos satélites del ska.
lunático trío Al filo de la medianoche, tras el vendaval jamaiquino, llegó otra propuesta marcada por la fusión. Gotan Project, el combo franco-suizo-argentino que forman Philippe Cohen Solal, Christophe Mueller y Eduardo Makaroff, relajó un poco el ambiente con su particular mezcolanza de tango y música electrónica. El trío combina en su túrmix los sonidos y los samplers originados por ordenador con el género que inmortalizó el gran Carlos Gardel y que renovó profundamente el acordeonista Astor Piazzolla. Al margen del bello sonido que resulta de fusionar la informática con instrumentos acústicos típicos como el piano, el violín o el bandoneón, la propuesta de Gotan Project trasciende el ámbito sonoro gracias al audiovisual de la artista multimedia Prisca Lobjoy, que Gotan Project está proyectando en la gira de presentación de Lunático , su último y aplaudido álbum.
los otros escenarios Aunque dicen que sólo Dios posee el don de la ubicuidad, hubo quien pudo disfrutar de varios conciertos a la vez. Uno de los más enérgicos fue el que ofreció el bluesman Popa Chubby, que encandiló a los aficionados al blues con su acercamiento a otros géneros como el rap, el hip hop y el rock.
El orondo rey del blues neoyorquino, que cubría su calva con un pañuelo rojo y lucía aparatosos tatuajes en sus brazos, inició la actuación en clave totalmente eléctrica y brincó al respetable una lección magistral de blues que subió la temperatura de la noche.
La oferta la completó Ann Hampton Callaway, cuya dulce voz ha capturado la esencia de las obras maestras del cancionero americano de jazz. Salió al escenario bajo un sol de justicia tras la breve introducción realizada por su trío de corte clásico, flirteó con su maestra Billie Holiday y Ella Fitzgerald y protagonizó algunos devaneos operísticos. Una de las primeras piezas que abordó fueCome rain or come shine que ya cantó en el último filme de Robert De Niro El buen pastor . Se sintió tan a gusto que incluso amenazó con cancelar su vuelo a Nueva York previsto para mañana (por hoy).
La banda francesa Gypsy Swing convenció con su mezcla de swing y de música de los gitanos europeos. El recuerdo a Django Reinhardt y Stefan Grapelli planeó sobre la carpa Heineken, donde reinaron los ritmos del Este.
En una línea más electrónica, la Jazz Band Ball también ofreció las sesiones de David Walters, que sorprendió con su repertorio de ritmos electrónicos impregnados de sabor afrocaribeño, y del berlinés Daniel Haaksman, DJ que convierte en bailable todo lo que pincha.
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