09 agosto 2007

Jazzaldia (III)


Richard Galliano y Chick Corea/Gary Burton

COREA-BURTON, O CÓMO CAMINAR SOBRE EL CRISTAL SIN ROMPERLO
(publicado el 27 de julio de 2007)

La relación entre Chick Corea y Gary Burton nació de la improvisación, palabra intrínsecamente ligada al jazz. Ambos intérpretes, pianista y vibrafonista, participaron en una jam session en Munich, recién estrenados los años 70. Pasaron sólo unos meses hasta que el sello alemán ECM les llamara para proponerles una grabación conjunta que vio la luz en 1972 bajo el sugerente título Crystal Silence .

Desde entonces, han protagonizado más colaboraciones discográficas y han realizado varias giras internacionales. Como la que el miércoles les condujo a la Trinidad, donde ofrecieron un recital marcado por la sobriedad y el virtuosismo.

Aunque el concierto tuvo como objetivo conmemorar los 35 años de la edición de Crystal Silence , las primeras piezas que abordaron fueron Love Castle y Native Sense , incluidas en un disco de duetos que Corea y Burton lanzaron en 1997.

El duende que desde hace tiempo habita en el interior de Corea le puso a batir palmas al inicio de Alegría , una nueva composición que ha escrito específicamente para el dúo con Burton inspirándose en ritmos flamencos. Aunque Chick es un jazzman mucho más mediático que su compinche, no tuvo mayor problema en compartir protagonismo con él a la hora de introducir los temas que iban a tocar.

"Es la hora del be bop", sentenció Burton antes de abordar su particular homenaje a Charlie Parker y Dizzy Gillespie. Tras No Mystery , otra pieza de Corea revisitada junto a Burton en el citado álbum Native Sense: The New Duets (1997), deleitaron con una hermosa revisión del Waltz for Debbie de Bill Evans.

Y reservaron Crystal Silence para el ecuador del recital. Era el momento de recordar el trabajo que los reunió por vez primera hace tres décadas y media. Como el resto de las piezas, sonó excelente. La maestría de Gary Burton con las cuatro mazas del vibráfono -sostiene dos en cada mano- halla el acompañamiento ideal en la sutileza con la que Chick Corea acaricia las teclas del piano. Su música se sabe delicada, frágil, y ambos intérpretes parecen caminar sobre un fino cristal que no llega a romperse.

Decía el eslogan de la discográfica ECM que el suyo era el sonido más bello después del silencio. Y así fue el miércoles. A pesar del estruendo que suelen armar algunos miembros de la vecina Sociedad Gastronómica con sus voces, platos y cubiertos, el público de la Trini guardó un respetuoso silencio, sabedor que asistía a un espectáculo único y pleno de sensibilidad donde la música, cristalina, fluye libre, sin ataduras, como un dulce arrullo que se abre paso entre el silencio.

Sólo el final de la sesión adquirió un tono más festivo. No podía ser de otra forma, pues el tándem Corea-Burton retomó los aires latinos para animar la velada con temas como La Fiesta o Armando's Rhumba . Y en los bises no faltó la sorpresa que sólo conocían quienes leen diariamente estas crónicas: el percusionista brasileño Rubem Dantas subió al escenario con su cajón y consiguió que la noche fuera, si cabe, más alegre.

genial galliano Antes del virtuoso dúo había pasado por la Trini el quinteto Tangaria, comandado por el músico francés Richard Galliano, considerado, con razón, heredero directo de Astor Piazzolla. Cualquier incauto que mantenga sus prejuicios en torno al acordeón debería asistir a un concierto así para desterrarlos. Unas veces suena parisino y otras argentino, balcánico y hasta latino, pero siempre resulta arrebatador. Lo fue desde el inicio, con melodías sinuosas, nostálgicas, románticas y siniestras. Destacó el buen hacer del veloz violinista Alexis Cárdenas con quien, además de interpretar temas como Tango pour Claude , Chatpître o Spleen , Galliano tributó el preceptivo homenaje al maestro Piazzolla y su inmortal Libertango .


2 comentarios:

mdaf dijo...

Buenos conciertos teneis por ahí también ;-)
Tienes fotos bien chulas en esta "galería" que nos muestras.

Un saludo :-)

Anónimo dijo...

Qué buenas. Nitidez como siempre, muy chulas de color. ¡Una en blanco y negro! Sigues con esos encuadres inclinados, en alguna de estas MUY inclinados, lo que les da dinamismo. Cualquier día te robo el 80-200 ese con el que duermes, bribón.