10 mayo 2010

Concerto de Barzin y Mursego en Lugaritz


Cuidado con la telonera

Era
la tercera convocatoria de Donostikluba en apenas una semana y el público de Lugaritz respondió con una buena entrada pese al superávit de conciertos que Gipuzkoa registró el viernes. El bello y delicado recital de Barzin casi logró detener el tiempo en el centro del Antiguo. Aunque muchos creían que actuaría en solitario, el canadiense cantó y acarició las seis cuerdas junto a una excelente banda de instrumentistas que arroparon con exquisitez sus frágiles canciones. El eco fronterizo de la slide guitar, el mágico tintineo del vibráfono y la suavidad del acordeón vistieron de melancolía y elegancia una noche de calma en la que lo más parecido al sobresalto fue un único medio tiempo de lo más tranquilo.

El educadísimo músico de Toronto ofreció un directo intimista, balsámico y sin mácula, pero en la mente de muchos aún palpitaba la actuación que había abierto la velada. Es Mursego una de nuestras más originales, extrañas y brillantes propuestas musicales. Sola sobre las tablas, la eibartarra Maite Arroitajauregi canta en euskera, portugués e inglés, y también emite alaridos que difícilmente pueden vincularse un idioma conocido -¿herencia de Mikel Laboa?-. Toca el cello y otros instrumentos como el autoarpa, el ukelele, los platillos chinos o las maracas. Grabados y relanzados con el pedal, voces y sonidos se superponen unos a otros convirtiendo a Mursego (murciélago en portugués) en una suerte de increíble mujer orquesta.

Difícilmente clasificables y poblados de chupasangres, sus temas -Subir arriba, baixar abaixo, Europa zaharreko banpiroen guda, My laptopiste, Tanqueray- oscilan entre un clasicismo arrebatador y la vanguardia más resultona. Puede registrar el sonido de las burbujas en un vaso de agua y utilizarlo como colchón sonoro, cantar el texto de una receta de atún con pisto (Hegaluzea pistoarekin) o rendir homenaje al hombre sin pasado de Aki Kaurismäki. Y en el capítulo de versiones, Mursego es capaz de arrimar a su ascua sardinas tan diferentes como Kraftwerk (Das Modell), Xabier Montoia (Fede apurra) o Daniel Johnston (Devil Town). Zuuuuuu, su revisión del Anyone Else But You de Moldy Peaches, es ya el hit con el que cierra sus shows y las bocas de los espectadores, que han permanecido abiertas durante más de una hora.

Porque su magnética propuesta lo merece y porque si se corre la voz ningún grupo querrá actuar después de ella, Arrotajauregi debe dejar de ser telonera ya. Fíjense, si no, qué ha ocurrido con esta crónica que ha terminado vampirizada por ella en detrimento de Barzin, que era el cabeza de cartel. Cuidado, pues, con Mursego. Si su música te muerde, te habrá convertido para siempre.


1 comentario:

Coco dijo...

Allí estuve. Mursego no me impresionó tanto como a tí, su propuesta no me terminó de convencer y por eso he preferido no comentar nada de su actuación. Eso sí, hay que reconocer que la cámara y ella se llevan muy bien: Muy buenas fotos!
Barzin si que me cautivaron, se me hizo corto y pensado ahora, tres días después, creo que fue mejor así, demasiadas emociones. Por cierto, me he tomado la libertad de "robarte un par de instantáneas".
UN ABRAZO!