27 mayo 2010

Concierto de Rufus Wainwright en Bilbao


Belleza, dolor y pérdida

Teníamos un recuerdo inmejorable del festivo show que hace tres años ofreció en el Kursaal y tan pronto como Rufus Wainwright anunció su actuación del 9 de mayo en Bilbao nos lanzamos a comprar las entradas. Una semana antes de la fecha supimos que el canadiense actuaría solo sobre el escenario, con la única ayuda del piano y su estratosférica voz. El chasco inicial se acrecentó más aún cuando leímos que estaba dividiendo las funciones en dos mitades, la primera para interpretar íntegramente su último y oscuro álbum, All Days Are Nights: Songs for Lulu, y la segunda para repasar algunos éxitos al piano.

Por fortuna, nos equivocamos al prejuzgar al divo, que apareció caminando lentamente en la penunbra, con una estrafalaria bata negra de cola y plumas en las hombreras. Cantó, en su orden original, todos los temas del Songs for Lulu, un trabajo marcado por la reciente muerte de su madre, que habitualmente le acompañaba en sus giras -en Donostia, sin ir más lejos, tocó junto a él-. No hubo ni un solo aplauso entre sus canciones de dolor y pérdida porque así lo había exigido el artista. Así, el hermoso réquiem para piano de Wainwright se desarrolló en un clima de emoción contenida siempre a punto de quebrarse.

Pero hubo luz al final del camino. Se cambió de traje -chaleco, camisa blanca y mallas- y, en clave menos luctuosa, abordó temas como Cigarettes and Chocolate Milk, Leaving for Paris o la imprescindible Going to a town. Hizo bromas, introdujo las canciones y continuó hablando de su familia. La melancolía, ingrediente básico de las composiciones de Wainwright, se alió con la belleza de una propuesta desnuda pero que logra sacudir ese pequeño órgano que escondemos bajo el lado izquierdo del pecho.

2 comentarios:

auggie dijo...

Jo! Si es que no se te puede dejar entrar en un recinto! Eres un "depredador nato" a pie de escenario. Un pointer. No dejas que se te escape una. ;)
Guri ere gustatu zitzaigun kontzertua, bati besteari baino askoz gehiago, baino orokorrean ondo.

El Humilde Fotero del Pánico dijo...

Bueno, hicimos lo que pudimos con la pequeña Lumix LX3 (y su trite zoom x3) oculta entre las rodillas... ;-))
Podía haber llevado la réflex sin ningún problema, peroooo...