12 mayo 2009

Tragicomedia musical en tres actos (Director's Cut)


Con la excusa de la gira española de Antony & The Johnsons, Soitu me publicó ayer este texto cocinado con las generosas y sabias contribuciones de algunos ilustres. Es un intento seguramente infructuoso de responder a algunas preguntas. ¿Nos gusta ser los primeros en descubrir tal o cual grupo? ¿Por qué la atracción que sentimos por una banda es inversamente proporcional a su número de seguidores? ¿Somos snobs? ¿Nos gusta compartir? ¿Qué pintan Antony, Pitingo, Coldplay, Vetusta Morla, Raphael y El Dúo Dinámico en la misma conversacion? Quizá encuentres algunas respuestas en ¿Qué más da quién llegó antes?, una tragicomedia musical en tres actos, basada en conversaciones y e-mails rigurosamente ciertos. Lo que sigue es el director's cut del texto, pues en Soitu lo han difundido sin su título original, sin acotaciones teatrales y con un final absolutamente distinto.

'¿Qué más da quién llegó antes?'

Tragicomedia musical en tres actos
(basada en conversaciones y e-mails rigurosamente reales)

PERSONAJES: Juan G. Andrés (periodista), Iker (funcionario), Juan Luis Etxeberria (periodista cultural), Ángel Aldarondo y Miguel García (diseñadores), Koldo Almandoz (cineasta) y Asier Leoz (profesor universitario).

ACTO PRIMERO

(Se abre el telón y la muchedumbre abandona el Auditorio Kursaal de San Sebastián, donde acaba de concluir el concierto de Antony & The Johnsons)


IKER: ¿Te ha gustado el concierto?

JUAN: Mucho. Ha sido emocionante, impresionante, y eso que tenía miedo de que no me hiciera levitar tanto como hace cuatro años.

IKER: Pues a mí me gustó más entonces, cuando casi nadie le conocía. Antony ha sido hoy demasiado protagonista, no ha dejado que la banda se explayara. ¡Bueno, agur! (cruza la calle corriendo)

JUAN LUIS: (a Juan) He oído lo que te decía y no estoy de acuerdo. Hay que tener claro quién es el núcleo y cuál los satélites. Esperar que la banda de Antony se exprese más es como pedir a la banda de Sinatra que le pise y le tape.

JUAN: Cómo me jode salir feliz de un concierto y que un cafre me agüe la fiesta con el rollo de “Yo lo escuché primero”.

JUAN LUIS: Es como de jardín de infancia: el juguete está guay cuando es mío, pero cuando tengo que compartirlo me enfado y pillo otro que sea sólo para mí.


ACTO SEGUNDO

(Una gran fotografía de The Clash preside el bar Bukowski donde Juan Luis y Juan se emborrachan junto a Ángel, amigo de ambos, y otros conocidos)


ÁNGEL: A todos nos gusta sentirnos descubridores de algo y extender la buena nueva, pero yo lo hago sin esnobismo: me hace feliz descubrir a alguien un buen grupo, una peli o un libro. Aunque en mi entorno fui el primero en descubrir Vetusta Morla a un montón de amigos que se enamoraron del grupo, y ahora que son comerciales me he desencantado algo. Ay madre. ¿Seré un snob?

KOLDO: El problema es que quienes vamos más allá de la música mainstream nos creemos especiales por ello. Es un modo de reafirmar nuestra personalidad. Nosotros lo hacemos a través de la cultura y otro siendo el más cachas del gimnasio, el que más folla, la más guapa o quien más pasta gana.

JUAN: ¿Y qué me decís de la gente que reniega de grupos que antes le gustaban cuando éstos empiezan a sonar en las radiofórmulas y atraen a más gente?

MIGUEL: A mí me ha pasado, me encanta el primer disco de Coldplay, pero odio todos los demás. Aunque con el último de Antony me ha ocurrido lo contrario, que me ha acercado más a su música.

JUAN LUIS: Yo no creo que los grupos te dejen de atraer porque gusten a más gente. Igual es porque llevamos mucho tiempo expuestos a ellos, como es el caso de Russian Red, y ya no nos alucina, o porque nuestra cabeza cristobaliana -por aquello de Colón y el descubrimiento- ya está en otras cosas.

ÁNGEL: Pero hay demasiado elitismo en el mundo indie: se desprecia cualquier mainstream como Pitingo y se encumbra cualquier sonido raro, por repelente o fiesta que sea, por el mero hecho de ser desconocido. Antes cool que sencillo.

MIGUEL: Ello hace que en esos “conciertos a los que hay que ir” reine a veces un petardeo bastante desagradable.

KOLDO: Y cierta mezquindad. Por ejemplo. Antes Antony se ha equivocado de estrofa y ha vuelto a empezar la canción, y el año pasado Nick Cave paró dos veces porque la banda la había cagado. A los seguidores cool de Cave no nos importó, pero si eso le ocurre a Ubago le habríamos puesto a parir.

JUAN: Hablando de ‘Lumbago’. ¿Te pueden gustar Devendra Banhart y Ubago?

ÁNGEL: Ahí te has pasado, pero creo que Devendra es compatible con el Dúo Dinámico. Todo melómano exquisito y sin imposturas tiene sus desviaciones. Julio Iglesias es la mía, aunque yo soy un melómano indocumentado.

JUAN: Estás de coña, ¿verdad? Porque si no, deberías hacértelo mirar.

ÁNGEL: (ligeramente ebrio) Oye, no es justo que te rías de Julio Iglesias. Es una enfermedad heredada de mi vieja y las casetes que tenía en el coche familiar. También me molan Raphael, a quien vi en directo en el Kursaal, el Dúo Dinámico y Nena Daconte. ¿Y qué?

JUAN LUIS: Bueno, ahí está Cooper, el gran y clásico Cooper, a quien no le duelen prendas a la hora de afirmar que la canción de Coti le mola a saco.

ÁNGEL: Y no pasa nada (enzarzado con Juan) Además, seguro que tú también tienes tus furúnculos musicales. Y si no, háztelo mirar. ¡Al final me obligarás a hacer apología de la telebasura, las pelis de Ozores y la McRoyal Deluxe!

(Antes de que la sangre llegue al río Juan se despide y hace mutis por el foro mientras Ángel, beodo, canta: “Quisiera ser aurora boreal”)


ACTO TERCERO

(Juan revisa el correo electrónico en el ordenador de casa. Asier le ha enviado por e-mail el articulito de opinión que le había pedido el día anterior)


JUAN: (Leyendo en voz alta el mensaje de Asier) “Hoy descubrir a un determinado artista y guardar el secreto en tu habitación es casi imposible, pero tampoco veo la necesidad. Casi todos descubrimos lo mismo y al mismo tiempo, todo depende de una pestaña de favoritos bien alimentada en tu explorador de Internet, lo que, de paso, desenmascara a los típicos que dicen: ‘yo sólo vengo a ver al telonero’. Y tal vez no se pueda grabar una TDK de 60 minutos con una serie de canciones para regalársela a una determinada persona en un determinado momento, como hacía Jon Cusack en Alta fidelidad. Pero la música es como antes, para vivirla y compartirla, aunque sea en una playlist vía streaming. ¿Qué más da quién llegó antes?”

(Juan sonríe, teclea varios párrafos y rubrica su texto utilizando parte del artículo de Asier. Mientras cae el telón, Juan envía a Soitu el texto que Sofía le pidió la semana pasada. En el ordenador suena Hope There’s someone, de Antony & The Johnsons)


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