23 marzo 2010

Entrevista con Mikel Azpiroz (Elkano Browning Cream)


Vídeo: Ángel Aldarondo

"No es difícil compaginar clasicismo y renovación, pero hay que hilar fino para no caer en lo obvio"

Su historia podría contarse casi como aquellos viejos chistes que empezaban con la frase "Van un inglés, un francés y un español...", porque Elkano Browning Cream lo integran el guitarrista neoyorquino Matt Harding, el batería parisino Franck Mantegari y el teclista donostiarra Mikel Azpiroz

Tras debutar con un disco homónimo publicado en 2006, el grupo regresa con Elkano Browning Cream 2 (Mamusik). El trío liderado por Azpiroz ha vuelto a evocar el sonido de los grandes combos de órgano Hammond para presentar una colección de canciones que se mueven entre lo clásico y lo ecléctico, con melodías que beben del groove pero se fusionan con ritmos africanos, latinos y orientales. Mañana actúan en el Club del Victoria Eugenia a las 20.30 horas después de varios días de gira por Catalunya.

¿En qué ha cambiado Elkano Browning Cream en estos años?

El grupo nació como un proyecto naif que no estaba planificado de antemano, pero pasó a tener cierta repercusión y ello nos dio la posibilidad de seguir haciendo conciertos. Eso nos ha servido para profundizar en nuestra comunicación musical, conocernos mejor y optimizar nuestros recursos. El sonido va madurando.

¿Y qué mantiene de los comienzos?

Intentamos mantener la frescura y la inocencia para seguir explorando en diferentes terrenos.

Parte del anterior álbum se grabó en Shangai. ¿Y el nuevo?

Entre Donostia y Utah (Estados Unidos). Solemos adecuar las sesiones de grabación a los lugares y momentos en los que vayamos a coincidir, en vez de a la inversa. Nos gusta disponer de esa libertad que no existe en el estudio de grabación al uso donde hay un tiempo limitado para terminar el trabajo.

¿Y cómo consiguen coincidir los tres para ensayar y crear los temas?

Los temas los componemos por separado y los desarrollamos generalmente en directo. Los periodos de gira suelen ser muy fructíferos y surgen nuevas ideas en las pruebas de sonido o en cualquier momento en que estemos tocando. Por razones geográficas no podemos ensayar regularmente, se presupone que cuando nos reunimos antes de una gira los tres venimos con los deberes hechos y que sólo tenemos que hacer una puesta a punto. El resto lo aporta el directo.

¿Qué adjetivo definiría su segundo trabajo?

Infeccioso.

Hablan de ritmo hipnótico… ¿De esa forma podría traducirse esa palabra llamada "groove"?

No tiene traducción literal en el sentido al que se refiere. Groove significa surco, y los afroamericanos comenzaron a usarlo para definir al ritmo hipnótico y repetitivo.

Reivindican el sonido de los grandes combos de Hammond de la discográfica Blue Note…

Partimos de ese formato que condiciona nuestro sonido. La combinación de los timbres de una batería, una guitarra y un órgano Hammond nos ha atraído desde hace mucho, especialmente a mí como teclista, y nos permite interactuar libremente en el escenario. Es un instrumento que tiene una gran variedad de registros sonoros, muy versátil si se quiere. Puede ser suave o agresivo. Es un instrumento que está vivo.

El disco suena luminoso, alegre, divertido y ecléctico, muy variado.

Ésa ha sido la intención. Evitamos la monotonía. Reivindicamos el eclecticismo frente a las etiquetas restrictivas.

Prueba de ese eclecticismo es la cantidad de influencias y colaboraciones del disco: el texto de un poeta ugandés, la voz de un neoyorquino de origen jamaicano, el grupo australiano The Waifs…

Todos han añadido su arte a nuestra música, enriqueciéndola. Con todos ellos hemos compartido vivencias y su aportación tiene un sentido especial para nosotros.

Parece que el mestizaje musical va incluido en el ADN de Elkano…

Obviamente, por la propia naturaleza multicultural del proyecto. Es algo natural que no podríamos evitar. Somos tres músicos hambrientos y abiertos a la exploración de diferentes músicas. Disfrutamos adaptando esas influencias al formato de trío de órgano Hammond.

¿Es complicado compaginar clasicismo con renovación?

No es difícil pero, como en todo, hay que hilar fino para no caer en lo obvio.

Hace escasos días participó invitado en el concierto de Petti y Barrence Whitfield. ¿Esas colaboraciones se hacen por amor al arte o por dinero? ¿Para vivir de la música es necesario hacer trabajos mercenarios?

En nuestro ámbito musical el amor al arte prima sobre el dinero, sin que éste deje de ser necesario para que los proyectos sean viables. Hay que diversificar los proyectos o trabajos y eso tiene su lado positivo porque permite trabajar en lo que a uno no se le ocurriría hacer de una manera natural, lo cual aporta nuevos puntos de vista. La definición de músico mercenario no me gusta, ya que como en cualquier otro oficio, el músico tiene el deber y el derecho de ganarse la vida como mejor pueda.

¿Qué colaboraciones tiene en cartera?

Ahora mismo estoy centrado en Elkano Browning Cream, el trabajo es lo suficientemente voluminoso como para estar ocupado, pero siempre disfruto compartiendo y colaborando con gente como Jabier Muguruza, Gari y muchos otros.

Su gira recalará en Donostia antes de ir a Madrid y después de haber pasado por escenarios "nobles" de Barcelona, como el Jamboree.

Tocar en salas como el Jamboree es bonito porque son escenarios por los que han pasado muchos a los que admiramos. Intentamos captar la magia que hayan dejado allí.

¿Y el Victoria Eugenia?

Tocar en Donostia es siempre especial, sobre todo para mí, porque estoy en familia. Nunca hemos tocado en el Victoria Eugenia Club y apetece porque tiene ese toque de cueva del jazz a lo Jamboree. Además, se puede conseguir una comunicación más íntima con el público.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen grupo e interesante entrevista. Únicamente apuntar que al titular le falta un NO para corresponderse con la respuesta dada.
Un saludo

El Humilde Fotero del Pánico dijo...

Muchísimas gracias, observador lector. Editado y corregido el error. Cosas del copypaste...
¡Hasta la próxima!

Anónimo dijo...

A veces no me creo que cueste tanto descubrir grandes bandas como ésta.
Buen trabajo y un saludo!