Le Folk en Rose
cualquiera diría que el grupo The Hidden Cameras eligió actuar en Psylocibenea, la casa rosa de Hondarribia, por el color de sus paredes, que curiosamente hacen juego con la jovial música que practican. No en vano, el líder de la formación, Joel Gibb, ha definido alguna vez el estilo de la banda como "folk de iglesia gay" (sic). Curiosa pero atinada etiqueta.
La manada de intérpretes que integran los cámaras ocultas cantan a coro y tocan guitarras, bajo, teclados, batería, violín y trompeta. Quizá la concurrencia de tantos elementos, así como una cierta querencia hacia el verbeneo y el pop blandengue, provoquen que el oyente se distraiga. Es cierto que con tanta bulla resulta más difícil captar matices, pero la alegre propuesta de los canadienses posee el innegable atractivo de una alocada puesta en escena. Ver moverse al extravagante Gibb -un trasunto de Freddie Mercury- y contemplar cómo el exaltado violinista pega brincos cual rana saltarina convierten el concierto en una especie de happening que tiene bastante de aquelarre celta.
Lo mejor de todo fue comprobar la repuesta del público, que abarrotó el auditorio en la primera cita de Gaztemaniak 2010, el programa de conciertos que, tras una triste estancia de varios meses en la UVI, ha regresado rebosante de salud gracias a la lógica rectificación de la Diputación. Próxima parada, este martes en la Sala Gazteszena de Donostia. Con La Habitación Roja.
2 comentarios:
Yo asistí al concierto de Valencia (desde Almería). Me encantó.
Las fotos son muy muy buenas.
Éste ha sido uno de los mejores conciertos a los que he asistido en tiempo. No conocía al grupo y me impresionaron. Compré dos CDs suyos en el puesto al término del concierto y aún no me canso de oírlos. Una bocanada de aire fresco que tarda en irse. La teclista me dejó hipnotizado. Sin duda recomiendo a este grupo. Muy buenas las fotos, Juan, estuviste por ahí y aún no sé quién eres.
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